miércoles, 22 de octubre de 2014

EL SUBTERFUGIO DEL TRABAJO VOLUNTARIO.




DESIDERATUM.


Oscar Adolfo Alvarado.



           Desde hace bastante tiempo hemos visto como distintas instituciones de diversos niveles de gobierno (nacional, Regional o Municipal) en todo el país, han venido desarrollando jornadas de limpieza, mantenimiento, reparaciones menores y operativos comunitarios de salud o atención social, que son presentados luego como trabajo voluntario, efectuado por su funcionariado de empleados y obreros. Lo más común es que estas jornadas se desarrollan en días Sábados, aunque también las hemos conocido en menor cuantía los días hábiles, es decir, entre Lunes y Viernes.

     Lo más curioso de estas jornadas de trabajo voluntario es que junto al personal que ocupan limpiando calles, pintando escuelas o cualquier otra actividad, están también los odiados fiscales o supervisores de personal; y digo odiados, porque la mayoría de estos sujetos se comportan cual inquisidores y tienen muy acostumbrada la conducta delatora (contra sus compañeros) y adulante (para con los patronos), su misión en estas jornadas es constatar quien no asistió al trabajo voluntario para entonces levantarle una amonestación o mal ponerlo ante el “Jefe”, es decir, el patrono. Ese elemento de la vigilancia y control del personal, desnaturaliza al trabajo voluntario, es decir, no existe, porque voluntario o voluntaria es un adjetivo que implica sin ninguna duda un hecho o acción que se hace por espontaneidad o voluntad propia, y Voluntad propia significa ganas o deseos de hacer una cosa por libre albedrío o libre determinación de una persona, en consecuencia cuando un trabajo se hace mediante una orden, instrucción u obligación del jefe inmediato superior, no se puede hablar de trabajo voluntario, puede llamarse de cualquier otra forma que se les antoje pero siempre será más parecido a la coacción o a la coerción, que a la noble idea o iniciativa del  “Che” Guevara en la Revolución Cubana.

     En particular nos parece ridículo escuchar y ver la parafernalia de muchos gobernantes o altos funcionarios, muy bien vestidos y fresquitos, frente a una cámara de televisión o micrófono de radio difusora hablando pistoladas sobre lo valioso del trabajo voluntario, mientras detrás de ellos los pendejos sudan la gota gorda obligados y haciendo el trabajo para resolver coyunturalmente el problema que no ha podido ser resuelto por la negligencia, la ineficiencia e ineficacia de los que tienen el mandato y compromiso político para hacerlo. Incluso me atrevo a ir más allá y afirmar que es un gobernante hipócrita y demagógico aquel que se vanagloria con una falsa moral y supuesta conciencia revolucionaria, tratando de hacer creer a otros los elementos conceptuales que él mismo no entiende, no comprende y tampoco cree en ellos. No debe hablar de trabajo voluntario quien no lo cumple porque le aterra ensuciarse o le da mucha vergüenza al tomar en sus manos una escoba para barrer o una brocha para pintar.

     En el trabajo voluntario nadie debe subordinarse laboralmente a nadie, el ciudadano común, el empleado, el obrero, el gerente y el mandatario de cualquier rango se coloca al mismo nivel de sus demás compañeros, pues esta acción es, al decir del propio Ché Guevara,  “...  una escuela creadora de conciencia, es el esfuerzo realizado en la sociedad y por la sociedad como aporte individual y colectivo y va formando esa alta conciencia que nos permite acelerar el proceso de tránsito. El trabajo voluntario es parte de esa tarea de educación, de que hemos hablado a los compañeros. En los lugares que no se pueda hacer, no hay que inventarlo” En su definición teórica el Ché apuntaba sobre la necesidad de organizar muy bien el trabajo voluntario y aseveraba que “se hace trabajo voluntario no con el propósito de quemar energías físicas sino para incorporarlas... a un trabajo que rinda algo y que sirva de formador de conciencia".  

     Existe una referencia histórica sobre Ernesto Guevara la cual nos informa que: “El 23 de noviembre de 1959 hizo realidad con el ejemplo su primer llamado a realizar jornadas de trabajo voluntario. La historia recoge ese hecho en la construcción de la Ciudad Escolar “Camilo Cienfuegos”, en el Caney de las Mercedes, lugar localizado en el corazón de la Sierra Maestra. Aquel sábado, junto a un numeroso grupo de seguidores, el legendario Comandante participó en ardua jornada que se extendió varias horas. En lo sucesivo, a pesar de sus responsabilidades en la dirección del país, cada sábado era frecuente verlo enfrascado en las diversas tareas de un constructor. Con la modestia que le acompañaba fue uno de los asistentes el 26 de julio de 1960 al acto inaugural de aquella Ciudad Escolar donde tanto sudor derramó en silencio.” En esta cita que hemos extraído, podemos constatar que el líder revolucionario se fajaba al igual que los demás sin hacer alharacas mediáticas ni vanagloriarse ante nadie; al decir de los religiosos de hoy…”predicaba con el ejemplo”. Solo hablaba de ello en el momento oportuno ante los militantes o cuadros dirigentes del partido Comunista de Cuba, como lo hizo en un discurso cuyo fragmento dice: ““El trabajo voluntario es la expresión genuina de la actitud comunista ante el trabajo en una sociedad donde los medios fundamentales de producción son de propiedad social, es el ejemplo de los hombres que aman la causa de los proletarios y que subordinan esa causa a sus momentos de recreo y de descanso para cumplir abnegadamente con las tareas de la revolución”.    

     Si bien la tesis del trabajo revolucionario es un importante aporte para las tareas de la acción educativa revolucionaria y su práctica es una digna expresión de un nivel de conciencia más avanzado en el proceso de construcción socialista, no menos cierto es que nuestra sociedad venezolana no está en las mismas condiciones de la Cuba revolucionaria de 1959, ni la mayoría de los dirigentes nuestros se parecen un ápice al Ché Guevara. La dinámica social actual de nuestros trabajadores se debate entre un mar de desigualdades, pasivos e incumplimientos laborales de sus patronos, que todavía distan mucho de ser resueltos, aunque mucho ha mejorado y bastantes son los logros en estos últimos Doce años. Sin embargo, es imposible negar, por ejemplo,  que una Obrera o Empleada, madre soltera cargada de hijos, va a sacrificar alegremente un Sábado y Domingo para ir a barrer una calle o pintar una escuela, cuando tiene acumulado en casa el trabajo que solo puede resolver en esos días, para ella mal llamados libres, pues cuando la carga familiar es enorme y el ingreso salarial ínfimo, no hay mucho tiempo libre en su existencia, en todo caso ese tiempo será para compartirlo brevemente con sus retoños en medio de la ternura y el amor, que son sentimientos creadores de enormes lazos de unión, una necesidad humana y alivian el refractario vaivén de las penurias en los pobres de la tierra.          

     Así pues que a lo mejor mucha gente se molestará por lo que aquí nos empeñamos en decir, pero estimo, sin ninguna vacilación, que hay que decirles las cosas claras y frontalmente a quienes manipulan con la palabra a partir de la teoría revolucionaria mal interpretada. Son ellos verdaderas caricaturas socialistas más apegadas al pragmatismo y tergiversan la conciencia, los valores y principios socialistas, haciendo todo lo posible para que el ciudadano común termine odiando un ideal que debería ser adoptado como una conciencia y una condición distintas. Abrimos ese debate y como dijo el cantor, el que esté libre de culpas que lance su primera conciencia.  

(Biruaca, 02/07/2011) desideratum_apure@yahoo.com   

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