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martes, 29 de septiembre de 2015

El Onanismo Detractor


Desiderátum Apureño. 
 Oscar Adolfo Alvarado.

     Ya ha transcurrido un mes desde que se inició el cierre de fronteras con Colombia y el primer Decreto de Estado de Excepción en Cuatro Municipios del Táchira, medida que paulatinamente fue extendiéndose hacia las otras Entidades fronterizas, faltando solamente el tramo del territorio amazonense, que va desde la confluencia del Meta con el Orinoco hasta Piedra del Cocuy, exactamente donde está el punto trifinio de la frontera entre Venezuela, Colombia y Brasil.

     En estos días pasados luego de las medidas decretadas en frontera, los resultados han sido bastante importantes y se pudo descarnar hacia la opinión pública nacional e internacional muchos aspectos de las realidades que allí suceden y afectan muy negativamente el bienestar de los venezolanos domiciliados a lo largo de los 2.219 kilómetros del límite binacional. Obviamente que esas realidades son hartas conocidas por los habitantes de la zona, pues ello es un problema de muy larga data y son quienes la sufren en mayor medida. Sin embargo, las decisiones del Presidente son descalificadas y severamente detractadas por quienes se lucran o aprovechan del diferencial cambiario monetario y el contrabando de extracción, así como por los que coexisten entre el inframundo delictual y narco-paramilitar que se había establecido y enraizado allí notoriamente.

     En este nuevo escenario el onanismo detractor se estrella contra realidades espantosas mostradas recientemente hacia lo interno del territorio venezolano, como el descuartizamiento de seres humanos el cual se conocía como práctica paramilitar común del lado neogranadino pero no en Venezuela. También quedó palpable como nuestro gobierno soportaba la carga de mantener con trabajo, alimentación, combustibles y otras necesidades al 80% de la población fronteriza del lado colombiano. Se develó el desleal y rentable negocio de la empresa petrolera Ecopetrol vendiendo en Colombia combustibles y lubricantes que habían obtenido mediante el contrabando desde Venezuela, además del beneficio impositivo que financiaba los presupuestos de las municipalidades de aquel país. En fin, mientras el gobierno de Juan Manuel Santos se hacía el ignorante y no atendía a sus connacionales en los Departamentos fronterizos con Venezuela, el Gobierno de Nicolás Maduro se reventaba por resolver las demandas y necesidades más apremiantes para la vida de nuestros compatriotas en Zulia, Táchira, Apure y Amazonas.

     Sin duda que la democracia permite a todos la libertad de expresión, de comercio, de asociación y muchos otros derechos sociales e individuales, establecidos en el texto constitucional de cada República: sin embargo, el Estado también tiene sus elementos jurídicos de control para regular situaciones cuando éstas se salen del curso legal y natural por donde deberían transitar para el bienestar general. Ninguna individualidad puede pretender legitimar un delito porque su práctica le beneficie solamente a él o un grupo cualquiera. Por ejemplo, es verdaderamente una vulgaridad que algunos comerciantes apureños pretendan descalificar, bajo el pretexto de la “libertad de comercio”, las medidas adoptadas mediante los Decretos 2.015 y 2.016 que cierran fronteras en los territorios de los Municipios José Antonio Páez, Rómulo Gallegos y Pedro Camejo del Estado Apure. Hay que ser tan inocente como un niño o tan exageradamente idiota y obtuso como un maniático para creerse tal argumento.
 
     Los Decretos emitidos han dado resultados palpables, la importante cantidad de alimentos, víveres, medicinas y mercancías diversas confiscadas a los contrabandistas, así como las ahora desoladas estaciones de combustibles a todo lo largo de la frontera, además de los lupanares, alijos de droga y arsenales encontrados, son un hilo de la madeja que en frontera se creó en todos estos años. También es cierto que todo este problema no es imputable en exclusividad a los que tienen la nacionalidad colombiana, pues desde hace años muchas han sido las denuncias contra venezolanos implicados en ese mundo nefasto de la corrupción; incluso en el año 2004 un senador izquierdista de Colombia presentó grabaciones demostrativas del contubernio entre los cabecillas paramilitares de Colombia e importantes funcionarios venezolanos, más recientemente está el caso de Dos barcos de PDVSA retenidos con millares de litros de combustibles que serían llevados por el contrabando de extracción, donde funcionarios civiles y militares fueron descubiertos. Pero todas esas verdades no deben tamizarse de acuerdo a los intereses de uno u otro lado para tratar de obtener provechos económicos particulares o beneficios político-electorales ante la coyuntura actual de elecciones el 25 de Octubre en Colombia y el 6 de Diciembre en Venezuela. La gran mayoría del pueblo, militantes de todas las vertientes ideológicas deseamos que se resuelva el problema fronterizo para asegurar el bienestar y la Paz general en las Dos Naciones que tienen una misma Madre continental y un mismo Padre Libertador.
(Santa Rosa, Biruaca, 24/09/2015).
desiderátum_apure@yahoo.com

jueves, 17 de septiembre de 2015

LA FRONTERA DINÁMICA Y CALIENTE.



Desiderátum Apureño.


Oscar Adolfo Alvarado.

     Con la decisión Presidencial, mediante los Decretos 2.013, 2.014, 2.015 y 2.016 del pasado Martes 15 de septiembre, ya se ha cerrado la mayor parte de la zona fronteriza más dinámica y caliente entre Venezuela y Colombia, quedaría por cerrar la más agreste, la colindante con el Estado Amazonas, que va desde la desembocadura del Meta en el Orinoco hasta la Piedra del Cocuy, donde está el punto trifinio y el último de los 603 hitos de demarcación fronteriza binacional.

    En el caso del Estado Apure, desde el Consejo Legislativo Estadal, el pasado 25 de Agosto, habíamos publicado un comunicado donde “Apoyamos total y absolutamente al Camarada Nicolás Maduro Moros, Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, en las decisiones que ha tomado para defender la soberanía, la integridad territorial y el bienestar de la población nacional, así como para enfrentar, contrarrestar y eliminar los factores que atentan contra la Institucionalidad del Estado Venezolano y la Paz Nacional, particularmente contra aquellos que tienen el objetivo de establecer la infra-cultura del contrabando de extracción, la violencia y el crimen paramilitar en nuestro país.” En el mismo documento propusimos que las medidas de Estado de Excepción decretadas sobre Cuatro Municipios del Estado Táchira, se extendieran a toda la frontera y particularmente a los Tres Municipios fronterizos del Estado Apure. Hecho ya materializado en la Gaceta Oficial 40.746, de fecha 15/09/2015.   

     Ahora bien, en esta región llanera son 721 Kilómetros de una Frontera Dinámica y Caliente. Dinámica porque en toda esa zona existe (y sin duda existirá en lo futuro) una relación permanente de intercambio entre ciudadanos con una larga historia común, en los aspectos generales de la existencialidad humana: y, aún cuando algunas particularidades hacen la diferencia de uno y otro lado de la línea que delimita los territorios nacionales, la convivencia no se rompe porque los lazos de afinidad son muy arraigados, incluso es común la doble nacionalidad, pues si de un lado hace falta una cosa el otro lo suple y viceversa. De hecho, gran parte de lo que hoy Colombia registra como territorio suyo, fue de Venezuela hasta el 16 de Marzo de 1891, cuando el Laudo Arbitral de la Reina María Cristina (de España) se lo otorgó a los neogranadinos, por negligencia e indolencia diplomática de los gobernantes venezolanos de entonces.

     Es caliente, porque en los últimos años la guerra civil en Colombia provocó el repliegue hacia esas zonas fronterizas de los diversos grupos armados y del narcotráfico, quienes encuentran mucha facilidad para sus operaciones en tan desolados y abandonados espacios terrestres. Allí los campesinos nuestros, con la malicia y jocosidad natural del llanero, advierten al visitante para que en las noches caminen por la sabana agachados y eviten así que una avioneta de los carteles nos los vaya a descabezar. Así mismo, relatan como los grupos armados colombianos se reparten discrecionalmente y controlan amplios espacios e imponen su ley del lado venezolano, algunas veces con la complicidad y alcahuetería de quienes deberían velar por la soberanía y seguridad nacional.

    En consecuencia. ¿Qué aspiramos como resultado de la aplicación efectiva de los Decretos 2.015 y 2.016 para los Tres Municipios apureños? En particular manifiesto mi anhelo en que estos 60 días sirvan para mejorar la ocupación y el control territorial venezolano; que el accionar de los organismos de seguridad y defensa sea para resguardar con efectividad y pertenencia nacionalista a nuestros conciudadanos; que haya un cambio de actitud en la ética funcionarial militar y policial tan cuestionada hoy día; que en los organismos de asistencia social entiendan la realidad de toda esa larga y agreste región fronteriza de 721 kilómetros, donde hay venezolanos que se sienten olvidados por quienes tienen la capacidad decisoria en la ejecución de Políticas Públicas, pues si bien el Estado ha mejorado relativamente la atención social en los últimos años, todavía las dificultades son muchas. También es cierta la negativa y desgraciada actuación de todos los grupos armados colombianos, y no menos cierto es que por lo disperso de la población y las dificultades geográficas, en algunos funcionarios públicos perezosos se materializa el refrán: “Ojos que no ven corazón que no siente”.    

     Seguramente en Quito, la capital del Ecuador, el Lunes 21 ambos Presidentes, el Bolivariano y el Santanderista mucho se dirán y, al final, pudieran acordar algunos asuntos que refresquen los caldeados ánimos y disminuyan los gritos bélicos promovidos por ciertos interesados de lejanas latitudes, esos mismos quienes acostumbran a fomentar guerras para luego de la destrucción lucrarse sin detener sus vastas ambiciones. Sin embargo, tenemos la convicción que el problema real, por lo complejo y su larga data, no es para solucionarlo totalmente en un encuentro diplomático. Corresponde a quienes somos los más afectados una mayor organización y presión social sobre los actores y decisores; porque no creo que sea tan fácil disuadir a quienes de civil o uniformados, encuentran la fuente de sus fortunas en el contrabando, el narcotráfico y la delincuencia apertrechada con armas de guerra. 

Santa Rosa, Biruaca, 16/09/2015. desiderátum_apure@yahoo.com

miércoles, 9 de septiembre de 2015

La Invasión Silente a Nuestro Territorio.





 Desiderátum Apureño.
Oscar Adolfo Alvarado.

     Venezuela como todos los países que conforman el continente americano ha sufrido de la invasión permanente de gente de diferentes latitudes del mundo, en particular de Europa, quienes fueron los que a partir de 1492 con las peripecias de Cristóbal Colón, el mismo que andaba perdido en el mar  buscando hacia la India un país llamado “Cipango” pero terminó por estos lados, casi a poco de ser ajusticiado por los ex presidiarios que cargaba en funciones de marineros.

     En el caso del territorio que es la Venezuela de hoy, aquellos españoles comenzaron a ocuparla desde Agosto del año 1498, cuando en el Tercer viaje colombino llegaron por el sitio donde está el pueblo de Macuro, Estado Sucre, al oriente del país. Así que entonces no es nueva la llegada de forasteros por estos lares. Sin embargo, los valientes luchadores, con Simón Bolívar liderando, se fajaron duramente a fuerza de sacrificios en una larga y sangrienta guerra, conquistaron y nos legaron la independencia, así como también nos legaron la venezolanidad, de allí partió la preocupación por la integridad del territorio nacional. Incluso, aunque El Libertador siempre soñó con una gran nación que llamó Colombia (la grande, no la de hoy que tiene ese nombre a partir de 1863) pero que se desintegró en 1830, cuando él preveía que ésta se desmembraría definitivamente le escribió una carta, desde Guayaquil el 13 de Septiembre de 1829, al General Daniel Florencio O’leary, diciéndole: “Venezuela debe quedar igualmente íntegra, tal y como se hallaba antes de la reunión”.

      Al respecto vale citar lo que el apureño más ferviente defensor del territorio nacional, Eduardo Hernández Carstens, en su libro: Historias y Fronteras. (Caracas 1993. p. 23-24), nos dice: “Desmembrada Colombia, la Constitución de Venezuela, de 1830, estableció que el territorio de Venezuela comprende, todo lo que antes de la transformación política de 1810 se denominaba Capitanía General de Venezuela. La misma disposición se repite en las Constituciones venezolanas de 1857, 1864, 1874, 1881, 1891 y 1893. A partir de la Constitución de 1901 se agrega «con las modificaciones resultantes de los tratados públicos», en virtud de que para dicho año se habían dictado los laudos arbitrales de 1865 (con Holanda), de 1891 (con con Colombia) y de 1899 (con Gran Bretaña), así como también había sido celebrado el tratado de Límites con Brasil del 5 de Mayo de 1859.” 

     Ahora bien, en el resto de nuestras constituciones se ha mantenido la misma disposición, con ligeras modificaciones. Sin embargo, debemos conocer también que si bien El Libertador se preocupó mucho por la integridad territorial de su Patria, sus legatarios no fueron diligentes para preservarlo, porque por la negligencia, la dejadez y la indolencia, en el Laudo Arbitral de 1891, con Colombia, perdimos un tercio de lo que pertenecía a la Capitanía General de Venezuela. Para ese tiempo muchos venezolanos que habitaban aquellos pueblos que hoy son Colombia, tuvieron que emigrar hacia más adentro de Venezuela. El propio presidente colombiano Miguel Antonio Caro (1892-1894) reconoció que a partir de ese Laudo Arbitral: “la frontera entre los dos países será siempre de un lado como herida abierta y dolorosa y de otra barrera opuesta a la expansión del comercio y al desenvolvimiento de la riqueza”.

     Pues bien, parece ser que contra Venezuela se ensañan todas los intenciones en ocuparla y aprovecharse de sus enormes recursos y del propio gentilicio también, de lo exageradamente buena gente que somos, yo diría que hasta de lo demasiado pendejos como nos hemos venido comportando. Hoy día grandes cantidades de hatos, fundos o fincas establecidas a lo largo de la frontera, particularmente la llanera, la del Apure, han sido vendidas a personas de nacionalidad colombiana, incluso ha sucedido y sucede que si los propietarios venezolanos no las venden, entonces son amenazados de muerte o efectivamente asesinados, con lo cual aquellos se apropian de esas zonas. Incluso la cuestión es más grave, en las propias ciudades internas ya hay muchísimas propiedades y mafias comerciales en manos de originarios del vecino país, muchos de los cuales tiene fortunas originadas de no muy claros negocios. Con esto no queremos estigmatizar a todos los colombianos, pues estamos convencidos que una gran parte de ellos, los más trabajadores y honestos, se han venido a nuestro país como consecuencia de la guerra civil de más medio Siglo que ese pueblo sufre.

     Junto con forasteros latinoamericanos, aquí se ha producido una gran ocupación silente de chinos y árabes(por la multiplicación exagerada de guerras en el oriente medio). Si nuestro gobierno no actúa diligentemente y los propios venezolanos no reflexionamos, en pocos años nos será muy difícil reconocernos como pueblo independiente y ante cualquier agresión no tendremos la capacidad para responder y defendernos, pues los enemigos ya estarán encima de nosotros. No se trata de chovinismo y xenofobias dogmáticas, porque si bien consideramos la necesidad de la integración latinoamericana, además de la amistad y solidaridad con los pueblos del mundo, esto no significa que seamos tan bolsas como para dejar que entren tan tranquilamente a nuestra casa los que trasladan la conducta criminal y narco-paramilitar, promoviendo y aumentando el surgimiento de la delincuencia organizada en bandas, cuyas consecuencias hacia el futuro es que nos puedan sacar a plomo o a patadas de nuestro propio lar. (Santa Rosa, Biruaca, 06/08/2015).

Bachacophitecus





Desiderátum Apureño

Por: Oscar Adolfo Alvarado

En su obra sobre el Origen y Evolución de las especies, el gran investigador Charles Darwin describía como en los seres vivos se producían cambios y adaptaciones biológicas según las condiciones del entorno natural y, sobre todo, la disposición de alimentos. Con esmero el naturalista se dedicó a recoger datos científicos que hasta hoy día son de mucha utilidad para todos los habitantes del planeta tierra. Por ejemplo; sobre la evolución del hombre existen millones de estudios y la mayoría de los paleo-antropólogos aún andan en la búsqueda del eslabón perdido. En esa incesante indagación han logrado encontrar nuevos especímenes de homínidos entre nuestros "monoides" primos antepasados, pero entre los más recientes ejemplares, tenemos el "Bachacophitecus"; éste es una degradación del Homo sapiens hacia las especies himenópteras, más propiamente hacia la "hormigota" Roja conocida popularmente en el país como "Bachaco Culón".

Pues sí, aunque no somos paleo-antropólogos, nuestros "sesudos" estudios en la "Universidad de la Cotorra Popular", nos ha dado la suficiente experticia para definir el susodicho "raro" pero común (aunque suene a oxímoron) espécimen el cual se caracteriza por lo siguiente: Son casi idénticos al resto de los seres humanos pero con la misma capacidad de cargar hasta Diez veces su peso, tal como el bicho de marras. Aunque es mamífero se reproduce por millones al estilo ovíparo de los himenópteros corta hojas. Son reconocibles de inmediato porque su manera de andar es uno detrás del otro, es decir, en cola. Cuando llegan a una mata, en este caso entiéndase hipermercado, supermercado o abasto, no descansan ni un solo minuto hasta llevarse el más ínfimo retoño, que digo, víveres y comestibles. Y, además, en su estructura social tienen la "Reina" que la encargada del desove, solo que en este caso la soberana puede ser de ambos sexos y la postura consiste en aportar el dinero, es pues la o el financista que tiene una cohorte de zánganos para protegerla o protegerlo, un numerosísimo grupo de obreras u obreros cargadores y como colofón tiene los protectores del enjambre: los Bachacos Soldados; en esta última variedad se produce una atípica característica que quien los mira puede notar que se confunden exactamente con los personajes uniformados de diversos cuerpos de seguridad del Estado venezolano.

A este punto estimados lectores, seguramente muchos dirán que me hago el payaso; otros tantos que me estoy burlando vergonzosamente de las penurias del pueblo y unos cuantos mentaran en peyorativo a mi señora mamá, quien por cierto no tiene culpa de las ocurrencias de su menor hijo varón. Pero la mayoría, los verdaderamente inteligentes, entienden que hago uso del humor por lo de aquella frase: "Dichoso el hombre que aún puede reír de sus propias desgracias"; y es así, porque los bachaqueros (Como se conocen a los que hacen contrabando interno y de extracción también) son una desgracia y una vergüenza moral para la Nación.

Son una desgracia porque ellos acaban con la tranquilidad y bienestar general de la población; de ricos, clase media y sectores populares mucho más, pues limitan la posibilidad del acceso a los bienes de consumo cotidiano, especialmente los alimentos, mucho más los subsidiados. La cultura del bachaqueo impide cualquier intento de solución por parte del Gobierno en cuanto a suministro de bienes y servicios. El que lo lleva fuera del país como contrabando de extracción contribuye a la escases y la carestía, y mayor es la desgracia y el daño hacia la población, si se trata de insumos y equipos que son para utilizarlos operativamente en el funcionamiento de la prestación de servicios públicos, tales como salud, educación, agua potable, aguas servidas, electricidad, entre otros.

Son una vergüenza porque su conducta ruin es considerada fuera de nuestro país como el común denominador para la totalidad de los venezolanos, es decir, que seríamos un pueblo de flojos, vende patria, lambucios, rebuscones o cucañeros; cognomentos éstos muy lesivos al devenir histórico – cultural del venezolano y bastante lejanos a la realidad objetiva de nuestro gentilicio.

Así pues que es innegable que las colas masivas para adquirir productos es una verdad dominante en Venezuela, lo cual hace sufrir a la gente honesta y modesta, la gran mayoría que no tiene otra alternativa que ir día tras día, peregrinando de sitio en sitio, para conseguir lo que necesita; pero también es verdad que esas colas son, en gran medida, consecuencias del bachaquerismo que se lleva para países vecinos hasta el 40% de los productos que se importan para consumo interno; y, que del porcentaje restante, una gran cantidad son acaparados por las mafias de los "Bachacophitecus" internos, hampones acostumbrados al mínimo esfuerzo pero al dinero fácil. Lamentablemente el bachaquerismo es un cáncer que está haciendo metástasis, extendiéndose hacia importantes grupos de funcionarios públicos que deberían ser custodios del orden ciudadano, los unos, y garantes de la aplicación de las leyes, los otros. Pues si bien el "Bachacophitecus" que contrabandea es un malhechor, el funcionario que lo alcahuetea o encubre también es un delincuente.

En consecuencia, lógico es pensar que la gran mayoría del pueblo apoye las iniciativas legales, así como las acciones prácticas, contundentes y efectivas para contraatacar a los "Bachacophitecus", estén donde estén. Políticas estas que deben ir acompañadas de serios y mejores planes y programas para elevar sustancialmente la capacidad productiva nacional y suplantar la práctica de esa cultura rentista e importadora, formada hace muchas décadas y estableciendo estándares de vida derivados de un Estado paternalista, quien en muchos años nadó en la fastuosidad de las divisas, pero que hoy eso ya no es posible mantener porque en pleno invierno le mermó el río al tesoro nacional. (Santa Rosa, Biruaca, 12/08/2015).
desiderátum_apure@yahoo.com