viernes, 3 de febrero de 2017

Discurso Alusivo a la Conmemoración del Bicentenario del Natalicio de Ezequiel Zamora.



Discurso Alusivo a la Conmemoración del Bicentenario del Natalicio de Ezequiel Zamora, pronunciado por el Licdo. Oscar Adolfo Alvarado, Coordinador Estadal de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio, en ocasión del Acto del 01 de Febrero de 2017, enfrente del Vicerrectorado de la UNELLEZ Apure.  
    
      Apreciados Compatriotas de nuestra Ciudad Capital del Estado, amigos invitados de las regiones vecinas, Fraternos Compañeros de lucha que integran la Milicia Bolivariana de Venezuela, aquí presentes, Camaradas todos. En la tarde de Ayer fui contactado vía telefónica por los compañeros de la Milicia Bolivariana, particularmente por su Comandante, quien conoce de nuestro quehacer y pasión por la historia, para invitarme a que disertara unas palabras en ocasión del Acto que ahora desarrollamos, la celebración en toda Venezuela del Bicentenario del Natalicio de Ezequiel Zamora. Le decía yo que por razones de tiempo me resultaba difícil preparar un Discurso como suele hacerse para ocasiones tan significativas y de tanta relevancia, como lo es este hecho histórico que nos ocupa. Sin embargo, acepté con la advertencia que sería una alocución breve y porque además estoy muy interesado en mirar por la televisión los actos centrales que se realizarán en la Capital de la República, ahora más tarde.

     En consecuencia entonces, estimados compañeros, me propuse cumplir con este compromiso adquirido de la siguiente forma: Voy a referirme la primera parte de la intervención con la lectura -In Extenso- del trabajo de nuestro fraterno amigo y gran intelectual venezolano, historiador para más señas, Pedro Calzadilla, Presidente del Centro Nacional de Historia. Trabajo este que escrito con una capacidad de síntesis especial, ha sido dado a conocer en el Portal Digital del CNH y que por su estructura y contenido no tengo ninguna duda es de enorme provecho y compresión para quien acceda a ese escrito. Además que como integrante de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio, tengo el grato deber de divulgarlo lo más posible. La Segunda parte de mi intervención si es de mi autoría.

El trabajo de Pedro Calzadilla, titulado: “Zamora; Una Vida Revolucionaria al Servicio del Pueblo.” dice así:

“Ezequiel Zamora fue figura desta­cada de las luchas sociales de me­diados del siglo XIX, y tuvo una actuación primordial en la primera fase de la llamada Guerra Federal (1859-1863). Protagonista de los más grandes aconte­cimientos de la Venezuela de su época, se ganó el respeto, la estima y la adhesión del pueblo por sus ideas revolucionarias de igualdad y por sus dotes de carismático jefe militar. Al grito de ¡Tierra y hombres libres! y ¡Horror a la oligarquía!, pasó a convertirse en una verdadera pesadilla para las élites criollas. Desde su muerte, el recuerdo de sus ideas y acciones constitu­yen un símbolo preciado para los “pobres de la tierra”, en su lucha por la igualdad, la libertad y la justicia.

El General del Pueblo Soberano, como lo llamó el pueblo desposeído que lo siguió y admiró, nació el 1° de febrero de 1817, en el pueblo de Cúa, en el actual Estado Miranda, en plena guerra de independencia, en el seno de una familia blanca de pocos bienes de fortuna. Su inclinación revolucionaria tuvo antecedentes familiares. Su madre Paula Correa y su padre Alejandro Zamora, parti­ciparon activamente en la causa independen­tista. De hecho, su padre murió luchando en las filas de los ejércitos libertadores en 1821.
SUS IDEAS Y VALORES
El joven Ezequiel completó los estudios en la escuela primaria, mas los pensamien­tos de su juventud, sus valores y su for­mación serán completados por los eventos e ideas revolucionarias que se discuten en América y Europa. Especial interés tuvie­ron para él las teorías de los llamados uto­pistas, cuyas ideas y noticias intercambia­ba con parientes y amigos, sobre todo, con su cuñado Juan Casper.

Casper, un italiano casado con su herma­na mayor Carlota, le brindó apoyo y protec­ción a Ezequiel al morir su padre.

PULPERO Y DIVULGADOR POLÍTICO
Hacia 1840, instalado en Villa de Cura, Ezequiel Zamora ya es un respetado pulpero y comerciante de ganadería. Es entusiasta partidario de las ideas liberales y vigoroso  publicista del periódico El Venezolano, órga­no del Partido Liberal, que se oponía a la oli­garquía conservadora que gobernaba el país. Su actividad en favor de la pedagogía política del pueblo lo lleva en 1842 a en­grosar las filas del partido Liberal y a con­vertirse en su dirigente principal en Villa de Cura y las regiones aledañas. Las ideas que voceaba Antonio Leocadio Guzmán, editor de aquel célebre periódico, encon­traron en el joven Zamora un divulgador esforzado de la igualdad y la lucha contra la oligarquía. Desde su pulpería traduce el catecismo liberal en lecciones concretas y aplicadas a la realidad de los campesinos pobres, quienes de inmediato se identifican con su prédica honesta y elocuente.

GENERAL DE LA CAUSA POPULAR
En 1846 se evidenciaron enormes contra­dicciones entre las élites políticas y econó­micas y las masas desposeídas que aguarda­ban todavía las mejoras prometidas por la independencia. El general Zamora, acom­pañado de otros líderes locales, se puso al frente de una rebelión bajo las consignas del liberalismo más radical de entonces.

En Guambra, en septiembre de 1846, y bajo las consignas de ¡Respeto a los cam­pesinos! y ¡Desaparición de los godos!, lanzó un llamado a las armas, que obtuvo un importante respaldo de los humildes. Sus proclamas las firma como General del Pueblo Soberano. Así estalla la Insurrec­ción Campesina de 1846 y 1847, con la aspiración de acabar con el gobierno con­servador que arremetía contra los pobres y los campesinos.

Este movimiento alcanzará éxitos mili­tares importantes, pero será derrotado en breve. Zamora es capturado en marzo de 1847, juzgado y sentenciado a muerte. Se fuga de la cárcel y luego, producida la rup­tura entre el presidente osé Tadeo Monagas y el caudillo José Antonio Páez, es indulta­do e incorporado al ejército monaguista.

Comienza entonces una nueva etapa de su vida. Desarrolla una prestigiosa carrera política y militar hasta alcanzar el grado de General de Brigada en 1854. Desde en­tonces y hasta 1856 ocupa diversos cargos militares al frente de distintas guarniciones.

 Ese mismo año contrajo matrimonio y optó por la actividad económica privada y la más tranquila vida familiar. Poco dura­ría este breve retiro; en 1858 se suma a un grupo de líderes liberales que conspiraban para derrocar al presidente Julián Castro, abierto partidario de los conservadores. Des­cubierto el complot son perseguidos y sus máximos dirigentes se ven obligados a aban­donar el país. Zamora se refugia en Curazao.




HÉROE DE LA GUERRA FEDERAL
En la ciudad de Coro, el 20 de febrero de 1859 comenzaba el conflicto bélico que luego se conocerá como La Guerra Federal, misma que marcará –sin duda– el momento cumbre de la carrera política y militar de Ezequiel Zamora. Al frente de la revolución se encuentra el general Juan Crisóstomo Falcón, importante líder federal del occi­dente del país y cuñado de Zamora.

El General del Pueblo Soberano, desem­barcó en La Vela de Coro el 23 de marzo de ese mismo año, y desde entonces, como jefe de las fuerzas revolucionarias del occi­dente, condujo a los ejércitos insurgentes a una cadena de triunfos que le permitieron proclamar diversos estados federales. El 10 de diciembre de 1859 pone en evidencia su inteligencia militar al consolidar el triun­fo en la importante Batalla de Santa Inés, que lo consagró como un excelso general y estratega militar.

La firmeza de su ideario y postulado revolucionario, fundados en la eliminación de los godos y en el reparto de la tierra, sus probadas condiciones de líder militar y el enorme prestigio y simpatía de que gozaba entre los pobres, convirtieron a Za­mora en una figura sumamente peligrosa para el futuro y la estabilidad de las oli­garquías de todo cuño. No debe, por tan­to, sorprendernos el balazo que le quitó la vida el 10 de enero de 1860, a las puertas de San Carlos, cuando preparaba el ata­que a esa ciudad. Aquel disparo no sólo acabó con la vida de un insigne general, sino que también eclipsó al más grande lu­chador social del siglo XIX venezolano, al líder de los pobres que sepultaría el poder de la oligarquía.

Ese mismo balazo marchitó las esperan­zas de las mayorías populares en aquella revolución, que terminó traicionada en 1863 en un pacto entre oligarquías, que mantuvo la misma injusticia y desigualdad anteriores a la guerra.”

     Hasta aquí lo que escribió, nuestro amigo Pedro Calzadilla. Ahora la segunda parte que yo la he titulado con una pregunta, la cual responderé argumentada:

¿Por qué Celebrar el Bicentenario de Ezequiel Zamora?
         
     En primer término quiero hacerles saber que desde hace muchos años, mucho antes de la Rebelión de Febrero de 1992, en Venezuela se fue conformando un movimiento intelectual de Historiadores, Cronistas, Investigadores Sociales y profesionales de diversas disciplinas, empeñados en rescatar la verdadera esencia patriótica, libertaria, popular e insurgente de nuestra historia nacional, regional y local, vinculándola -obviamente- con la de nuestra América y el mundo. Ese movimiento insurgente poco a poco fue creciendo y con la llegada de Revolución Bolivariana se potenció y en el presente estamos fortalecidos creciendo exponencialmente por toda la República trabajando arduamente por hacer encontrar, estudiar y divulgar la historia del pueblo que había estado opacada por la élite que comandó los destinos de la Patria durante muchos años.

      Así pues que andamos en la tarea de hacer aflorar las verdades y también las causas de las mentiras que nos contaban. Es algo así como aquello que en alguna oportunidad expresó el filósofo Aristóteles, reconocido como uno de los clásicos de la filosofía antigua griega, decía él: “No basta decir solamente la verdad, más conviene mostrar la causa de la falsedad.” y por su parte el Escritor, orador y político romano Marco Tulio Cicerón, aseveró que: “La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.”

     Y como para que la cosa nos resulte todavía más certera, ayer nada más se divulgaba por centenares de sitios digitales y las muy conocidas redes sociales, las ridículas declaraciones del Secretario General del partido político con la segunda mayor edad en este país, ese personaje quien estuvo en la Presidencia de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional. Al ciudadano Henry Ramos, se le ocurrió inventar una retahíla de improperios contra Ezequiel Zamora, dice él que basándose en las supuestas afirmaciones que hace el historiador guariqueño, Adolfo Rodríguez, -amigo nuestro por cierto-  quien supuestamente escribió en el contenido del libro “Ezequiel Zamora”, ganador de un premio nacional y publicado en 1977, por el Ministerio de Educación del Gobierno de Carlos Andrés Pérez…. Yo no voy a argumentar sobre las divagaciones totalmente falsas e inexactas que hace Henry Ramos, es más puedo asegurar aquí, públicamente, sin ningún temor a equivocarme, que ese personaje no leyó ni siquiera la carátula del Libro de Adolfo Rodríguez sobre Ezequiel Zamora... y si alguien me refutará con alguna fotografía donde aparezca ese señor con el libro en la mano, entonces cambio la afirmación y les digo que el tipo está totalmente perturbado de la mente, no recuerda nada y lo confunde todo, es decir, está loco de remate…

     Recomiendo que busquen en los sitios digitales un escrito que, al respecto, ayer hizo el distinguido intelectual José Santz Roz, donde con precisiones vapulea las estupideces del Secretario General de Acción Democrática.     

     Nosotros celebramos este Bicentenario de Ezequiel Zamora porque tenemos la responsabilidad histórica de visibilizar ante nuestra presente generación y proyectar hacia las futuras, las verdades y la esencia de nuestro devenir histórico – social y cultural, que se convierte en Memoria y Patrimonio de nuestro pueblo. Tenemos la obligación de hacer bajar de los carruajes mantuanos a la mentira que nos contaron y enfrentarla con la verdad histórica, insurgente y popular. No aquella historia de metodología cosmética y tergiversadora, la que ocultaba a los parias de la tierra. La historia que asumimos debe tener esencia patriótica y compromiso militante con las grandes mayorías que fueron mantenidas en la oscurana mediante el opaco tapaojos de la demagogia, el sometimiento y la explotación social.   

     Celebramos este Bicentenario del Natalicio de Ezequiel Zamora, en palabras de Florencio Porras:

“…para seguir dando a conocer esa época, para seguir dando a conocer a Zamora, empeñados en darle al pueblo las herramientas para que comprenda la significación de este presente cargado de ilusiones, que comprenda que los cambios de hoy son la continuación de los sueños de ayer, que comprenda el por qué de nuestro orgullo por ser venezolanos    

     Suficientes evidencias documentales existen para demostrar que Zamora no fue ningún bandido, cuatrero o delincuente como pretenden mostrarlo los personeros de la oligarquía venezolana, permítanme unas breves citas del extraordinario trabajo bibliográfico de Laureano Villanueva, cojedeño de nacimiento, (quien por cierto para el año 1868 fundó el periódico El Constitucional, aquí en San Fernando de Apure) publicado por la Alcaldía del Municipio Libertador, cuando fue Alcalde Freddy Bernal. Dice Villanueva, en su Libro “Vida del Valiente Ciudadano Ezequiel Zamora” (1898), sobre la honorabilidad de Zamora lo siguiente:

“Sin pérdida de tiempo llamólos Zamora a todos, no para acaudillarlos como jefe de malhechores, sino para disciplinarlos en las filas de la Revolución Popular, y convertirlos de bandidos en soldados, y soldados en hombres útiles. Pues lejos de ser Zamora caudillo de criminales, como pintaron el gobierno, los curiales, y los periodistas oligarcas, caracterizase dignamente en nuestra historia militar, como un valiente fanático por su partido, que buscaba el derrumbamiento de la oligarquía, para que los destinos públicos, los honores, las riquezas y las responsabilidades y merecimientos en el servicio de la Patria, se distribuyesen entre todos los ciudadanos, pero conduciéndose siempre como hombre honrado y de esos principios morales” (p.113).   

       Entonces estimados amigos, allí tenemos ese retrato verbal sobre Zamora, y si en todo caso hubiese sido lo contrario a lo que he citado, ¿Cómo es que los restos de Zamora fueron llevados al Panteón Nacional en el año 1872?

     Zamora fue y es todavía pueblo en esencia, vuelvo con palabras de Villanueva:

“Seguíanle las multitudes como a un libertador. Muchos de sus oficiales eran agricultores, acostumbrados a la vida sencilla y honesta de los hombres de campo, esforzados montañeses, que le acompañaban , fanatizados con las ideas nuevas y que llegaron a amarle con frenesí. Eran ellos quienes le enseñaban caminos secretos en los bosques, y pasos difíciles en los torrentes; quienes le ocultaban en lo más espeso de los montes, cuando tenía que huir con solo Dos o Tres compañeros; y le daban que comer y le avisaban los movimientos de los enemigos.”  (p. 113)

     Agrega el autor un párrafo donde destaca el papel de las mujeres y su vinculación con Zamora en aquel memorable tiempo:

“Las mujeres, sensibles en todo el mundo a las grandes pasiones populares; atraídas a los peligros de aquella época, por la suerte de sus hijos y maridos, salían voluntariamente de las selvas y atravesaban grandes distancia para llevar a Zamora bastimentos y pertrechos.”

      En definitiva Compatriotas, y con esto voy concluyendo, aquella frase “Tierra y Hombres Libres, Horror a la Oligarquía”, no fue una mera palabrería discursiva, fue, repito, esencia de pueblo que se reflejó en el ideario y praxis zamorana, por lo cual “los negros esclavos se le incorporaban con espontaneidad, armados de tercerolas, fusiles y carabinas.”, fue por eso que a Zamora: “Le sobraban correos y espías. Y es un hecho histórico que los pueblos no entran nunca en aventuras criminales” (p.113)    

No hay duda que “El valiente ciudadano, General Ezequiel Zamora, encarna la conciencia igualitaria y niveladora del pueblo venezolano, alzado contra los últimos privilegios oligárquicos y dispuesto a cumplir de modo radical aquellas consignas sociales que se pretirieron y retardaron desde la independencia.”(M.P.S.)

¡Viva Ezequiel Zamora, Viva Venezuela, Viva El Apure Infinito…!
He Concluido, Muchas gracias.
Licdo. Oscar Adolfo Alvarado. Vice – Presidente del Consejo Legislativo del Estado Apure. Coordinador Estadal de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio. Presidente de la Sociedad Bolivariana del Municipio Biruaca. Coordinador General de la Comisión Regional para la Divulgación Histórica.

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