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jueves, 14 de agosto de 2014

¡ Lambucios…!


Desiderátum Apureño.

Por: Oscar Adolfo Alvarado.

     Hay conductas humanas que se manifiestan permanentemente en todos los estratos sociales, aunque generalmente se pretende endilgárselas solo a quienes pertenecen a los sectores populares de la ciudad y el campo, es decir, a los pobres de la tierra. Tal es el caso del lambuceo o la lambuciadera, derivados del adjetivo lambucio, vulgarismos muy venezolanos con los cuales identifican a quienes tienen la mala costumbre de comer entre comidas, o al que se habitúa en ir registrando en busca de sobras de la comida anterior, también llamado Golosos.

     Quizá tal etiqueta se la debemos precisamente a quienes en el mundo de la intelectualidad se encargan de recopilar información, mirando las cosas malas en los pobres y las buenas exclusivamente para los encopetados; pues, según nos dice Alexis Márquez Rodríguez (Domingo, 12 agosto 2007), citando el Diccionario del habla actual de Venezuela (F. J. Pérez y R. Núñez), al adjetivo lambucio” se le define de las siguientes formas: 1. Persona de escasos recursos económicos y generalmente de poca cultura. 2. Persona que actúa servilmente o halaga a alguien con el fin de  conseguir algún beneficio. 3. Persona o cosa que no se considera importante. 4. Persona que continua e insistentemente pide, busca y aprovecha todos los beneficios, especialmente  materiales, que pueda obtener de quienes se encuentren cerca. 5. Persona o animal que come o lame los  restos de alimentos dejados por otros. 6. Persona que come  con avidez. 7. (en los Andes) Persona que come excesivamente”. Termina el autor diciendo que “Todas estas acepciones llevan la marca de coloquial y despectivo, y, en general, puede decirse  que en Venezuela el “lambucio” es un ser despreciable.”

     Pues bien, en algunas cosas pudiéramos coincidir con los lingüistas del Diccionario del habla actual en Venezuela, más en la primera absolutamente ¡No!… por lo siguiente: Ser de escasos recursos económicos o poca cultura no debería ser una condición para adjudicarse la etiqueta de lambucio, porque estamos cansados de ver y comprobar que muchísima gente de esas que tienen cuantiosos saldos bancarios, habitan en importantes urbanismo, usan buenos autos, son esnobistas en el vestir y miran de soslayo a los demás, que cuando van a una reunión de fiestas o cualquier evento donde se reparten comidas y bebidas, al término de las mismas se llevan una bolsa de las cosas que han repartido de tal magnitud, que cualquiera creería que están imitando al barbudo mofletudo conocido por la pajua risa jojojo y la ridícula ropa y gorro Rojos, muy popular durante la navidad… el tal Santa Claus. También existen muchos funcionarios que devengan altos sueldos en importantes instituciones o empresas del sector público o privado quienes cada vez que organizan un evento o reunión del personal, hacen lo mismo que los anteriores descritos y se retiran con el carro lleno, producto de la “rastra curitera” que pasaron; y, otros llegan al colmo de lo lambucio que se llevan para sus casas hasta los clips de las oficinas, aunque no los necesiten. Es más, de esta estirpe hay los lambucios extremos, que recogen hasta las sobras y lo justifican a viva voz diciendo que es para los perros… lo que no sabemos es que si es para los de cabeza negra o realmente para las mascotas peludas con funciones de alarmas ladradoras.

     En cuanto a la 4ta. acepción que dice: “Persona que continua e insistentemente pide, busca y aprovecha todos los beneficios, especialmente  materiales, que pueda obtener de quienes se encuentren cerca.” tendríamos entonces que durante las distintas elecciones y en los entornos gubernamentales los “Lambucios” llegan a la categoría de epidemia. En tales tiempos (de elecciones) hay fulanos llamados activistas quienes acaparan afiches, franelas, gorras y cuanta cosa publicitaria estuvo elaborada con fines propagandísticos, las cuales terminan devoradas por las polillas porque los lambucios, en su afán patológico de provecho personal, no dejaron cumplir el objetivo.

      Así entonces que a este adjetivo posiblemente haya que agregarle nuevas definiciones porque el propio Diccionario de la Real Academia Española dice que “Lambucio” viene de “lamber”, que es una forma popular e inculta de pronunciar el verbo “lamer”, definido como “Pasar la lengua por la superficie de algo”… Bueno, esto trae complicaciones hermenéuticas porque para quienes se dedican al tema del erotismo se pudiera interpretar que cuando el caballero recorre con las “papilas gustativas” las protuberancias pectorales o la innombrada de una fémina o en contrario, si es la chica que al consorte “degusta” como quien tiene un helado de paleta, estarían obrando ambos como unos soberanos lambucios, pero además imaginen un momento a los que en ese mismo hecho, para agregar, estén bajo el estímulo de bebidas espirituosas o de las llamadas afrodisíacas, no tengo duda alguna que un gato de los que se ceban destapando ollas en las cocinas se quedaría pendejo en lo lambucio.

     Para concluir sería bueno de todas formas entender que los lambucios están en todos, los grupos étnicos, estratos sociales o ubicaciones geográficas. En consecuencia, si al llegar a una reunión ve un fulano o fulana con una bolsa y curucuteando cerca de las mesas de los pasapalos, puede usted estar seguro que… ¡Allí llegó el lambucio caramba…!     


(Santa Rosa, Biruaca, estado Apure, 22/01/14)   desiderátum_apure@yahoo.com 

jueves, 7 de agosto de 2014

Los Sacerdotes de la Derecha

Una vez más vamos a elecciones en Venezuela, esta oportunidad para remozar la Asamblea Nacional; el principal Órgano Legislativo del país y la instancia del Poder Publico Nacional donde se toman las decisiones trascendentales para el funcionamiento del aparato estatal. Contar con la mayoría parlamentaria es contar con el control del ejercicio de gobierno, pues desde allí surgen las normativas legales que determinan el avance, detención o retroceso de las ejecutorias en las políticas públicas en el país. Es por ello que los Sacerdotes de la oposición nacional apátrida y reaccionaria, junto a los representantes de los intereses transnacionales e imperialistas, ambicionan controlar ese espacio de poder político, a tal fin planifican y vaticinan el Apocalipsis y Cataclismo de la Revolución Bolivariana, tanto como la Crucifixión del Comandante Hugo Chávez.

Este año 2010 comenzó con los anuncios proféticos o presagios de una cohorte de arúspices en los medios de comunicación privados; pretenden ellos soliviantar al pueblo, crear zozobra, estimular la protesta violenta y los saqueos, en fin, entronizar la guarimba y la conspiración. Saben perfectamente que es muy difícil ganarle limpiamente la mayoría parlamentaria al bloque bolivariano, en consecuencia actúan generando malestar mediante el acaparamiento de alimentos y artículos de primera necesidad, la especulación comercial y financiera, la conmoción mediática y la manipulación internacional mediante sus aparatos al servicio de los intereses del capitalismo depredador e imperialista. Los sacerdotes de la derecha se expresan tal y cual fuesen propietarios exclusivos de las verdades absolutas negando todos los logros de los Once años de Revolución y extremando los de la nefasta democracia representativa del Siglo XX venezolano.

Al escuchar las voces agoreras de esos pajarracos migratorios de la corrupción en Venezuela (Verbigracia de Carlos Espinoza), imaginamos que los tipos borraron de sus esquemas mentales los crímenes del gobierno de Betancourt, Leoni, Caldera y Carlos Andrés Pérez I; al Barco Sierra Nevada, el Viernes Negro, RECADI, los auxilios financieros de Caldera II y las cuentas secretas de las cuales se derivó la frase carlosandresiana “hubiese preferido una muerte distinta”; expresada el día cuando fue destituido en 1993; se les olvida también las locuras y desafueros del borracho empedernido Jaime Lusinchi, entre tantas otras “cositas” de la “democracia y libertades” que tanto defienden. Habrá que ser demasiado estúpido, ignorante o exageradamente cándido y pendejo para creerse que los dinosaurios del pasado, y buitres actuales, de la mal llamada “Unidad Democrática”, son merecedores de la confianza y votos del pueblo para que “reconstruyan” a Venezuela. La conducta del Golpe de Abril de 2002 es una minúscula muestra de sus voluntades represivas, oscurantistas y criminales; para ellos una supuesta victoria significa imponer el criterio de tierra arrasada, muerte al chavismo, disparar primero y preguntar después.

Todas estas realidades que forman parte de nuestra historia nacional, en el período 1958 – 1998, es una retrospectiva que debemos avizorar, analizar y reflexionar los militantes revolucionarios, y venezolanos en general, que deseamos un destino mejor para el país y la América Latina. En el caso del Estado Apure, lar de nuestras querencias y aspiraciones sublimes; la situación se torna similar; la derecha construyó su unidad mediante la imposición adeco - montillera, pues el partido blanco impone en la única probabilidad de triunfo (1ro. Lista) a la consorte del principal culpable de las desgracias de esta región. Le siguen sin ninguna oportunidad en los circuitos electorales los bobalicones representantes incautos de las otras organizaciones, quienes abdicaron y se postraron ante la Corte Adeca. Esto es una proverbial demostración que las actitudes de esa gente no han cambiado absolutamente nada, se imponen a como de lugar, para ellos nadie es mejor, todo el que se les acerque debe rendirles tributo ante su trono, son la godarria y los otros la chusma.

Nosotros que andamos en esta travesía existencial tratando de contribuir en el esfuerzo colectivo de un mejor futuro para Apure y su gente; quisiéramos ver la osadía valiente de otros actores de la oposición, presentándose al debate y la confrontación de ideas con una plataforma programática y política novedosa, desprendidos de la carroña, el anacronismo y la estolidez. Si logramos verlos o encontrarlos, seríamos los primeros en invitarlos a la discusión respetuosa, sensata y creadora; pero con esos sacerdotes retrógrados… ¡ni a misa carajo!

Intolerancia vs Ecuanimidad

La conducta humana es tan compleja que la ciencia ha creado varias carreras para estudiarla en todas sus fases y desarrollo. Así es como tenemos sociólogos, psicólogos y psiquiatras, entre otros profesionales, los cuales dedican su labor a la investigación y elaboración de estructuras teórico-conceptuales con las cuales poder dar mejor y mayor interpretación a la fenomenología del comportamiento del hombre, en lo individual y en lo colectivo de la madeja social. Con tales referencias o resultados de los trabajos científicos podemos auxiliarnos para tratar de entender las acciones o hechos sociales, que vamos observando durante nuestro desarrollo existencial en los tiempos y espacios donde la vida nos lleva.

Por ejemplo la intolerancia “se define como la falta de la habilidad o la voluntad de tolerar algo. En un sentido social o político, es la ausencia de tolerancia de los puntos de vista de otras personas”; mientras que la ecuanimidad “es una poderosa energía de precisión, cordura, armonía y equilibrio. Es imparcialidad, respuesta proporcionada, medio justo, ánimo estable ente las vicisitudes o adversidades, mente firme e imperturbable ante el elogio o el insulto, la ganancia o la pérdida, lo agradable y lo desagradable.” Como puede notarse ambas son diametralmente opuestas, la primera fácil de encontrar entre la gente impaciente, necia e ignorante, generalmente incapacitada para asumir con sensatez las realidades adversas; la segunda más factible de encontrar en la gente con cordura y experiencia vivencial en medio de la resolución de conflictos. Traduciéndose la primera en un antivalor humano y la segunda en uno de los valores más respetables en la humanidad.

Ahora bien, en los tiempos de confrontaciones electorales suele expresarse la intolerancia en algunos grupos fanatizados, gente cargada de odio visceral, quienes se dedican a generar malestar, violencia o crear estados de crispación en el ánimo de los demás. Es allí cuando se requiere de la intervención de los ecuánimes para buscar mantener el equilibrio social y evitar que la violencia se aposente en forma masiva para dirimir las diferencias, pues de ser así, que se generalice la intolerancia, las consecuencias no suelen ser las mejores para ninguna nación; ya hemos visto casos donde la intolerancia alimentada por quienes desde otras latitudes tienen sus propios intereses, que no son los mismos de quienes son utilizados en su práctica, conllevan a guerras civiles que destruyen humana y materialmente a pueblos enteros… verbigracia la guerra irano-iraquí desde 1980 a 1988, o los más recientes casos de Egipto y Libia, así como la que se desarrolla actualmente destruyendo a Siria. En fin, con esos ejemplos y muchísimos otros más, constatamos que la Intolerancia no augura absolutamente nada bueno para la humanidad.

Quienes en Venezuela desde muy jóvenes hemos militado en las organizaciones político-partidistas de carácter Marxista – Leninistas, denominadas de Izquierda, conocemos muy bien los efectos de la intolerancia asociada al sectarismo, principalmente nosotros los Comunistas, que en este país hemos entregado esfuerzos y sacrificios luchando al lado de los trabajadores de la ciudad y del campo durante 82 años continuos de existencia como organización política; el pago recibido –por así decirlo- de esa contribución para la emancipación de la sociedad venezolana, ha sido la persecución, el presidio, la tortura y la muerte. Sin embargo, nuestra comprensión colectiva del hecho social, forjada en medio del fragor de la lucha de clases y el estudio permanente para caracterizar las realidades en forma científica, le ha permitido a nuestra agrupación superar el dolor de la tortura y trascender en las ideas más allá del exterminio de muchas individualidades de nuestro Partido, porque estamos plenamente convencidos que el socialismo sigue siendo la esperanza posible de los pueblos.

Esa lucha por las reivindicaciones sociales y el socialismo implica la búsqueda de la paz, la tolerancia y el bienestar general, en fin el acceso de todos a los bienes y servicios con niveles de conciencia superiores para emprender la construcción del progreso social y la emancipación plena de la sociedad. Siempre hemos entendido que nuestra tarea política no es fácil, por las características de nuestros planteamientos de la lucha de clases donde aspiramos que las grandes mayorías del pueblo se liberen del sojuzgamiento procedente de las minorías opresoras, quienes no van a ceder tranquilamente a entregar lo que han arrebatado al pueblo sometido durante largos años de la historia. Sin embargo, en toda esta ya larga historia hemos acumulado la experiencia de nuestros errores y aciertos, por lo tanto hoy tenemos suficiente moral política y ecuanimidad para pedirle tolerancia a todos los que se dejan embriagar por el odio y pretenden llevar a los venezolanos por el camino de la violencia. 

Si bien durante 14 años un 60 % de la sociedad se identifica con la Revolución Bolivariana, los otros integrantes del 40 % restante deben entender que en el ejercicio de la democracia bolivariana actual las elecciones han sustituido el campo de Batalla y los votos suplantan a los fusiles. Durante la llamada era del chavismo ninguna elección ha terminado en ríos de sangre, entonces la presente no debe ser la excepción, la oportunidad del próximo Domingo 14 de Abril debe cerrar las puertas a los que pretenden “talibanizar” nuestra convivencia pacífica en medio de las divergencias de las ideas. Uno de los elementos del legado de Hugo Chávez fue mantener la paz en medio de la política. Lo correcto es continuar esa senda pero para ello hay que contribuir desde ambos sectores a que así sea, pues a todos corresponde evitar que un pequeño grupo de enajenados, incapaces de convencer a las mayorías en el escenario democrático, se valgan de los intereses transnacionales para iniciar una escalada violenta en nuestro país buscando hacer lo mismo que en Libia y otras naciones árabes.

Aspiramos que la racionalidad se imponga y vayamos el Domingo a cerrar un Capítulo más del derecho al sufragio en medio de la paz y con la ecuanimidad acompañándonos venzamos a la intolerancia. Tenemos una gran nación que es heredad de los Libertadores, aquí podemos coexistir todas las corrientes políticas, religiosas o cualesquiera otras sean sus características. Como padre que soy de Cinco hijos, concluyo con una reflexión personal, a ver si mis colegas pueden reflejarse en ella: Estoy plenamente consciente que mis hijos han crecido en una realidad actual llena de oportunidades que Yo no tuve, sé que muchos niños del campo y sectores populares de la ciudad en muchas partes de mi país ahora pueden reír frente al mundo, esperanzados en una Revolución que abrió posibilidades para todos, aspiro que mis nietos también puedan en el futuro decir lo mismo, por ello seguiré mi lucha por el socialismo y mantendré elevada la bandera de la Paz.

Y ahora a vencer los retos

Ya hemos logrado el objetivo que nos propusimos el pasado 15 de Febrero, ahora nos quedan muchísimos más, son aquellos que tienen que ver con el desempeño del gobierno en cuanto a la aplicación o ejecución de políticas públicas, tanto o más que lo realizado en estos últimos Diez años de gestión bolivariana.
Una vez conocido los resultados de la victoria del Domingo, señalaba en la noche el Presidente Chávez la necesidad de atacar con fuerza Tres de los más dañinos enemigos de la revolución, son ellos: la corrupción, la ineficiencia y el burocratismo, que dañan e incluso detienen o hacen retroceder el natural proceso de transformación nacional. A la primera, la corrupción, hay que hacer el mayor esfuerzo por erradicarla de la administración pública; a la segunda, la ineficiencia, se amerita tratarla a los fines de revertir la situación; y a la tercera, la burocracia, se debe lograr la justa o exacta evaluación institucional, que permita transformar la estructura funcional de cada organismo, gerencia, dirección o departamento, a los efectos de lograr mayor efectividad en la capacidad de respuesta de todos y cada uno de los elementos que componen ese aparato burocrático anacrónico aún existente, en todos los niveles y modalidades del gobierno en el país.

Desde el Partido Comunista de Venezuela, por intermedio de nuestro Secretario General, el pasado Lunes 16, “saludamos con alegría al pueblo venezolano por haber alcanzado un gran triunfo en el referendo de la Enmienda constitucional y haber profundizado la soberanía popular en el ejercicio democrático de sus derechos, por otra parte también hemos manifestado la felicitación a todo el pueblo de Venezuela, que con su participación masiva, importante y cívica, de nuevo es un ejemplo del ejercicio democrático de nuestro país, que se expresó en una victoria contundente, popular, por el Sí a la Enmienda constitucional. Para nosotros los Comunistas, los resultados electorales obtenidos, el día 15 de Febrero, significan un paso fundamental en la profundización y toma de conciencia de las fuerzas del pueblo en ampliar el ejercicio del poder popular.”

En esta oportunidad calificamos el triunfo como de una importancia relevante para las fuerzas revolucionarias, pero que además ameritamos profundizar en el análisis de las diversas lecturas que de él se desprenden; pues uno de los factores que permitió alcanzar la victoria, es haber avanzado en la unidad de acción y dirección de todas las fuerzas que conformamos el proceso, ya sea a nivel nacional, regional, municipal y en los centros de votación, a través del Comando Simón Bolívar. En la medida que los actores políticos y sociales actuamos unidos, en esa misma medida garantizamos la victoria en los objetivos que nos proponemos.

Manifestamos que es la primera y gran enseñanza que se debe rescatar del triunfo del 15F, la Unidad que está planteada en los actuales momentos, es la necesidad de profundizar la articulación y construcción de los espacios de trabajo común. Desde nuestro Partido Comunista de Venezuela (PCV), proponemos la continuación del trabajo del Comando Nacional Simón Bolívar y llamamos al Camarada Presidente Chávez, los Gobernadores y Alcaldes, a convocar a un Encuentro Nacional para evaluar en forma colectiva la batalla electoral realizada y proyectar las futuras luchas para seguir consolidando el proceso revolucionario.

Aquí en nuestra región apureña, exhortamos a nuestros compañeros de lucha a fortalecer el trabajo, que sembrado de fraternidad nos ha dado cosechas victoriosas de la unidad popular revolucionaria para avanzar hacia la sociedad socialista que aspiramos. He allí el planteamiento, respondámosle y ahora a vencer los retos que nos quedan porvenir. (19/02/2009) .

¡Nuestra animalidad política...!

      En alguna oportunidad del año 1963 Ernesto Guevara de La Serna, mejor conocido como el “Ché” Guevara, afirmo que: “…decir como hombre que se es apolítico es una cosa que yo no entiendo. Ser apolítico es estar de espaldas a todos los movimientos del mundo, es estar de espaldas a quien va a ser presidente o mandatario de la nación de que se trate, es estar de espaldas a la construcción de la sociedad o a la lucha porque la sociedad nueva que apunta no surja, y en cualquiera de los Dos casos se es político. Un hombre en la sociedad moderna es político por naturaleza.”  Pues bien, es muy común oír decir a mucha gente, de los que no participan como militantes de una organización partidista, que ellos no son políticos ni les agrada para nada la política. A otros que son menos en cuantía y suelen estar en cargos de gerencia o dirección de entes públicos, generalmente muy petulantes ellos, se les oye decir cuando un ciudadano les reclama el correcto cumplimiento de sus funciones: -“Yo no soy político, yo soy un técnico cumpliendo mis funciones institucionales”, Así el susodicho trata de eludir el compromiso de su responsabilidad con las políticas estatales definidas por el Plan de Gobierno presentado u ofertado en la campaña electoral de quien ahora es su jefe, electo por efectos del sufragio mayoritario de la población nacional, regional o municipal según sea el caso.
     
     Esta situación de los “apolíticos”, dicho así entre comillas, es un argumento propio de quien al decir de Cantinflas, personificado por el mexicano Mario Moreno: “están faltos de ignorancia”; sujetos que se consideran propietarios de las verdades absolutas pero no resisten la primera discusión descarnada, pues suelen confundir la gimnasia con la magnesia y al presentárseles una discusión caen en el silogismo tautológico de hablar mucho o en demasía pero no dicen nada en concreto, exactamente igual a los rábulas, es decir, los muy malos abogados charlatanes y vocingleros cuyos únicos oficios son redactar documentos sobre plantillas ya preestablecidas pues no sirven para litigar.  
 
     Por consecuencia se puede ser apartidista o independiente, es decir, no inscrito o vinculado a un Partido Político; sin embargo, ello no nos hace apolíticos, porque de una u otra forma somos políticos cuando tenemos el propósito de conseguir un objetivo, llegar a una meta u obtener un logro; y en ese afán debimos antes haber trazado de alguna forma la ruta de un plan, métodos, estrategias o técnicas para culminar el arribo al punto de nuestros anhelos y aspiraciones. Seguramente algunos lo harán con el auxilio de las ciencias, particularmente aquellos quienes han podido adquirir el conocimiento en espacios académicos, mientras otros lo harán guiados por sus convicciones, experiencias, recomendaciones o sencillamente mediante el ensayo y el error para ir adquiriendo la práctica que construye progresos. En ambos casos la fuerza de empuje es el deseo de conquistar el final del camino hacia donde se dirigía al momento del arranque o inicio; y, en otras oportunidades, al decir de un escritor argentino: “A veces, lo que importa no es tanto la ubicación exacta del destino final sino el ir hacia dónde queremos llegar del modo en que lo propuso el poeta: haciendo el camino al andar.” (Denes Martos) Todo ello forma parte del accionar político, bien sea en lo individual o también en lo colectivo.
 
      Así pues que la política forma parte de nuestra condición humana pero como pertenecemos al club de los animales, ya que no echamos raíces ni somos capaces de producir el fenómeno de la fotosíntesis; aceptemos entonces que también tenemos nuestra particular animalidad política, la cual se torna diferente en cada individuo, aunque a veces surgen agrupaciones de una especie. Por ejemplo: hay quienes se tornan agresivos y quieren resolver violentamente todos los asuntos, ellos entran en la categoría de los trogloditas o seres de las cavernas. Otros menos, tienen por costumbre tomar las cosas muy tranquilamente y hasta disfrutan pasando la responsabilidad propia hacia uno o varios actores, esos son los que asumen la conducta de los Cucos, aquellos pájaros que colocan sus huevos en nido ajeno para que los otros plumíferos los críen desligándose los primeros de la suerte de su descendencia. También existen los sujetos que utilizan el accionar partidista para disfrutar de bacanales, permanentemente embriagados y tornándose como los Cerdos, hartándose la panza y bebiendo hasta reventarse de llenos como un tonel de añejar licores.
 
     Convenzámonos entonces que nuestra animalidad política se expresa en virtudes como también en defectos, todo depende de la naturaleza propia en lo individual y de la conducta que se impone en lo social, cuando se hace colectivamente. Por tanto vale la pena recordar a novelista ingles Aldous Huxley quien afirmaba: “Cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general se vuelve la nobleza de su lenguaje”, por su parte, el escritor – jurista brasileño, Ruy Barbosa, aseguraba que: “La peor de las democracias es mil veces preferible a la mejor de las dictaduras”, ambas expresiones no necesitan explicación y ojalá lográramos asimilarlas más que entenderlas, pues “Nuestra civilización no ha sido construida para darle a la Vida las máximas posibilidades de desarrollo. Ha sido formada, con frecuencia a costa de ríos de sangre, para concretar objetivos, a veces increíblemente abstractos, producto de nuestra propia soberbia racional, y a veces increíblemente estúpidos, producto de nuestro insaciable afán de placer y de nuestra Voluntad de Poder.”… será por tanto que Aristóteles sigue teniendo razón cuando nos legó su máxima: “El hombre es, por naturaleza, un animal político.”

RETÓRICA PESIMISTA

      La calle es una selva urbana donde cualquier espacio contiene múltiples expresiones de la naturaleza y el comportamiento humano. Al salir a ella nos preparamos con la incertidumbre de lo que pudiéramos encontrar y seguramente optimistas con el deseo de regresar al hogar  cargados de logros y más esperanzados por el futuro para verter en nuestros prójimos las satisfacciones que alegran la existencia; sin embargo, en esa selva de concreto, como en la verde, también hay muchos “animales” que asustan y espantan. Puede usted ir tranquilo y de muy buen ánimo cuando de repente lo detiene uno de esos “Buhos” o “Lechuzas” quienes se ocupan solamente de enterarse y divulgar desgracias. Hombres y mujeres quienes son una crónica policial parlante, capaces de hacer elevar la presión arterial, causar un ACV y hasta de suicidar al otro, como consecuencia de sus chácharas mortuorias. Ese tipo de gente se compra el periódico para leer exclusivamente la contraportada y si observa la TV lo hace sintonizando programas de catástrofes o cualquier otro que ofrezca “luces” sobre desastres y hecatombes. Llevarse un “Buho” o “Lechuza” de éstos a pescar es tan erróneo como intentar capturar un buen Bagre o Pavón lanzando un anzuelo en la pista de un aeropuerto. 

     Sin duda que nuestras ciudades son cada día más inseguras, ya no sabemos si es un choro o un policía quien nos atracará o quitará la vida, las dificultades de la escases, calles deterioradas, basura por doquier, animales enfermos realengos capaces de contagiarnos o despegarnos una pierna por lo rabioso que son y para colmo está la barbarie de motorizados y taxistas desaforados e incontrolables, quienes en su conjunto serían capaces de hacernos desistir de la intención de salir de casa y tornarnos pesimistas ante la expectativa de cada amanecer; más esa realidad no es absoluta y la gran mayoría de la población puede y debe contrarrestar los efectos de las carencias y limitaciones, así como la intención de una minoría de mantenernos en zozobra y crispados de nervios.

   Algunos especialistas en Psicología de las masas y Teoría de la comunicación han elaborado muchísimas hipótesis al respecto, particularmente sucede cuando desde centros nodales de intereses financieros transnacionales quieren doblegar y someter a los pueblos que luchan por su autodeterminación e independencia económica, social y política. En esa intención se promueven grupos violentos, se estimula el sabotaje y se proporcionan los recursos para difundir exponencialmente las fallas y errores, tratando de crear la desesperanza e histeria colectiva que facilite dominar y hacer agachar la cabeza a las grandes multitudes que muy bien pueden hacer la resistencia y vencer las dificultades.

     A todo lo anterior se le suma la retórica pesimista de algunos mediocres empleados como funcionarios de gobierno, quienes sin tener la experticia para ejercer los cargos que detentan y sin posibilidad alguna de mostrar logros efectivos, se dedican a elucubrar sobre las resultas de los acciones de los demás, es decir, como no son exitosos ellos porque carecen del talento, la inteligencia y preparación para el desempeño, entonces se convierten en expertos oradores que elaboran divagaciones nutridas de recovecos léxicos complicados tratando de aparentar profundidad de conocimientos. Es así como encontramos abogados experimentando en economía, profesores intentando resolver asuntos hidráulicos, técnicos agrícolas dirigiendo construcciones, químicos en la gerencia de maquinarias pesadas o militares en procesadoras de alimentos, entre muchos otros casos. Con esto no quiero desmeritar la capacidad gerencial que uno u otro profesional pueda poseer para ejercer un cargo directivo; sin embargo, si las ciencias han desarrollado disciplinas especificas y se forman en las universidades los hombres y mujeres para cada área ¿Porqué nuestros decisores insisten en colocar gente sin la preparación respectiva para que dirijan o regenten instituciones o empresas que requieren de los mejores especialistas? 

    Las respuestas las encontramos en la filiación política, el amiguismo, el nepotismo y el nocivo clientelismo que tanto daño hacen a la administración pública. Es entonces cuando ante situaciones de carencias y dificultades como las que hoy día tenemos en nuestro país, creadas en gran parte de forma artificial por empresarios vende patria y aliados al capital extranjero, los  venezolanos estamos obligados a resistir y combatir: resistir ante las minorías violentas alentadas y financiadas por las transnacionales que quieren acabar con la revolución bolivariana, que tanto esfuerzo ha realizado por construir y crear para el beneficio de los que antes estaban excluidos. Por otra parte combatir la retórica pesimista de quienes nada tienen que aportar realmente… pero esto último se puede hacer exitosamente colocando a los profesionales honestos, proactivos y con sentido de pertenencia en responsabilidades para las cuales estén formados. Venezuela tiene los recursos y el talento humano para superar las dificultades pero el fanatismo, el dogmatismo, el sectarismo y la corrupción han hecho mucho daño que es necesario revertir. Con esto no pretendemos usar la retórica idealista del pontífice romano que acaba de asegurar que la clase dirigente que se aleja del pueblo va hacia la corrupción, lo cual tiene su buena carga de verdades, pero cuando observamos que en tal elocuencia no se dice nada, por ejemplo, acerca del Banco del Vaticano que financia a la fábrica de armas Beretta, entonces denotamos que la retórica como forma de propaganda solo intenta dibujar figuras etéreas en el discurso, mientras en la acción concreta todo sigue igual.

     En nuestro país se cambiará la escasez por la abundancia cuando industrialicemos las regiones y su talento humano se incorpore como fuerza productiva a transformar las materias primas que la madre naturaleza nos otorgó en abundancia. Mientras esto no suceda las becas y las dadivas serán el común denominador junto con los puertos recibiendo millones de toneladas producto del esfuerzo transformador logrado en otras naciones empeñadas en progresar cada día más y quienes si entendieron la importancia de la industrialización