Desiderátum Apureño.
Por: Oscar Adolfo Alvarado.
La realidad actual del mundo está signada
por conflictos sociales provocados por la desmedida ambición de los fuertes
sectores del poder financiero transnacional, quienes en su desbocada carrera
por adueñarse de las fuentes de riqueza o recursos de las naciones menos
desarrolladas, han desatado conflictos armados para acabar con los gobiernos de
esos países, originando consecuentemente el exterminio humano y la destrucción
general de toda infraestructura construida. Tales hechos a su vez causan el
éxodo de millones de seres humanos quienes huyen del horror para tratar de
salvar, al menos, la vida pues lo material ya ha sido arrasado por quienes
invaden o por el terrorismo de aquellos grupos establecidos y armados con
financiamiento transnacional.
Los países del continente europeo reciben
en el presente la mayor cantidad conocida en la historia de desplazados por la
guerra. Cada día llegan a sus costas centenares de miles de personas, familias
enteras muchas veces, tratando de encontrar un lugar donde poder sobrevivir al
conflicto del cual no forman parte o no son causa, sino consecuencia. A la par
de esos millones de refugiados ingresan encubiertos los militantes fanatizados
de células terroristas con el objetivo preciso de engendrar el terror, la
muerte y la destrucción en las naciones de donde proviene gran parte del
arsenal militar causante del desplazamiento humano.
La voz sensata del mundo entero expresada
en diversos foros de encuentro e intercambio internacional se levanta contra la
guerra y a favor de la paz; las inmensas mayorías quienes sufren de los efectos
negativos por la debacle económica mundial desean que se acaben las guerras y
reine la tranquilidad que permita mejorar las condiciones generales del
desarrollo humano y por consiguiente el bienestar general en las naciones. Sin
embargo, como el deseo de los poderosos es obtener gigantescas ganancias a muy
bajo costo, optan por continuar alimentando la máquina de la muerte, pues como
además ellos son los fabricantes de armas, obtienen de entrada monumentales
ganancias con ese mercado de doble moral donde se ofertan arsenales
destructores igualmente, sin ninguna vergüenza, al agresor y al agredido.
En este escenario de conflagraciones en
diversas latitudes del mundo, que sumándole las diatribas en la península de
Corea ya comienzan a mostrar amenazas de conflictos nucleares, las
organizaciones sociales que luchan por la coexistencia pacífica insisten en
levantar su voz contra las intervenciones imperialistas, a la vez que abogan
por la autodeterminación de los pueblos, el respeto a las soberanías y el
derecho a vivir entre la Paz y la concordia. Precisamente en este mes de
Septiembre en la exitosa y recién culminada 17 Cumbre del Movimiento de los Países
No Alineados, que es el segundo foro que agrupa mayor cantidad de Estados del
mundo y desde la 71 Asamblea General de las Naciones Unidas, que es el máximo
foro de reuniones internacionales, siguiendo con los más pequeños espacios de
intercambio entre países, se expresa repetidamente en primer término el llamado
por la Paz.
Lamentablemente los países poderosos con
mayor potencial militar del mundo, encabezados por los estadounidenses y
seguidos lacayunamente por los europeos, tienen oídos sordos y sensibilidad
humana desaparecida. Los particulares intereses de dominio mundial de los
norteamericanos han sido los causantes de absolutamente todas las guerras
desatadas en el planeta luego de la Segunda Guerra Mundial, algunas las
originaron mediante intervenciones militares directas y las otras haciendo el
papel de instigadores o mediante conspiraciones internas en naciones donde
existen colosales recursos naturales, principalmente los energéticos o
hidrocarburíferos.
Desgraciadamente a la misma dinámica de
sofisticación militar de su maquinaria de guerra y muerte, los gringos también han
desarrollado, se han apropiado y especializado el mayoritario control
tecnológico y metodológico de la información mundial, con lo cual manipulan y
tergiversan, desnaturalizan y falsean las verdades, a tan elevados niveles, que
pueden hacer creer, mediante la televisión, el cine o las redes sociales, a
cualquier mortal que un bebe recién nacido es el culpable de hacer explotar una
ciudad entera con un tetero atómico, lo cual obviamente se denota muy ridículo decirlo,
pero la verdad es que mucha gente se lo creería por aquello del “sueño americano”, sembrado en el
hipotálamo cerebral de incontables pusilánimes existentes en diversas latitudes
del mundo. Sin embargo, a pesar de todas esas contradicciones y dificultades
continuamos elevando nuestra voz por la Paz…
(Santa Rosa, Biruaca,
15/09/2016);
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