Desiderátum Apureño.
Por: Oscar Adolfo
Alvarado.
“No permitáis que jamás se apodere de vuestros
ánimos el disgusto y la desesperación, pues si alguna vez dais entrada a estos
sentimientos os pondréis en impotencia
de servir a vuestra Patria”
(Francisco
de Miranda, Un breviario para el joven Bernardo O’Higgins, Londres 1799)
La frase anterior pertenece a Sebastián
Francisco de Miranda, mejor conocido como el Generalísimo Francisco de Miranda,
de quien hoy 14 de Julio de 2016, se cumplen 200 años de su muerte ocurrida en
la prisión de La Carraca, muy cerca de Cádiz, en España. Fue aquel hombre extraordinario el primero y
más destacado venezolano universal, así como el más pertinaz precursor de la
Independencia, antes de la aparición de Simón Bolívar en la escena política. La
formación intelectual hizo sobresalir a Miranda por encima de todos sus
contemporáneos, desde muy joven, a un poco menos de 21 años comenzó en España
su largo itinerario trotamundos, pues recorrió parte de África del Norte, casi
toda Europa, Asia Menor, Norteamérica y las Islas del Caribe.
La historiografía refleja que Francisco de
Miranda durante el tiempo que vivió en Londres, Inglaterra, llegó a conformar
una Biblioteca de 6 Mil títulos, entre los cuales destacaban los más
renombrados de autores del Siglo de las Luces: Voltaire, Locke, Hume, Diderot,
Rosseau, entre otros. Así mismo llegó a establecer relaciones de amistad con
muy reconocidos personajes: Juan Manuel Cajigal, Jorge Washington, Alexander
Hamiltón, Thomas Paine, Gilbert M. de La Fayette y durante su estadía en Rusia
fue uno de los predilectos de la Emperatriz Catalina, en fin, todo un personaje
que dejó muchísimos documentos de interés histórico, conocidos en un compendio
denominado Colombeia, del cual todavía se están editando tomos en nuestro
país.
Pero si bien su vida y obra es muy
importante, el espacio lo dedicamos a enfatizar lo inmarcesible de sus palabras
libertarias en nuestra contemporaneidad, donde habitamos un mundo signado por
la globalización del conocimiento y la complejidad de las relaciones
internacionales, marcadas por la supremacía de un país imperial cuyo sofisticado
potencial tecnológico - militar lo convierten en el principal opresor y
destructor de pueblos enteros.
Decía Francisco de Miranda, en 1810, con
sobradísimas razones y conocimiento de causa que: “…los Estados Unidos son
temidos y odiados como vecinos”. Situación ésta que se mantiene en el presente,
con la diferencia que el odio hacia ellos se extendió por todo el planeta.
Advertía también el precursor que: “…nada puede ser más insano y más peligroso,
que hacer advertencias a un necio”; cosa que hoy día podemos constatar en la
diatriba política que se ha levantado en varios de nuestros países
sudamericanos, en particular el nuestro. A la juventud indicaba: “La juventud
es la edad de los ardientes y generosos sentimientos (…) Pero, por otra parte, la
juventud es la época de la indiscreción y de los actos temerarios: así es que
debéis temer estos defectos en los jóvenes, tanto como la timidez y las
preocupaciones en los viejos”; es decir, allí subyace una clara apreciación de
la necesidad del equilibrio en el ser humano joven, cuando impulsado por su
natural rebeldía se propone a emprender la lucha social.
El presente nos encuentra a los
venezolanos en una polarización entre Dos grandes grupos, los unos que apoyamos
a la Revolución Bolivariana, impulsando un modo de producción que nos lleve a
construir bienestar para todos mediante la autodeterminación nacional; y, por
el otro lado quienes se oponen defendiendo y aspirando el control total del
poder político para beneficiar a las minorías, colocarse al servicio del
neoliberalismo y entregarse al capital transnacional, que destruye países
depredando sus recursos y poblaciones. Lo más patético es que si bien es cierto
la existencia de difíciles circunstancias económicas en la República, quienes se
oponen no tienen una propuesta coherente de solución, sino que expresan la
necesidad de tomar medidas antipopulares, es decir, su solución única es
afectando a las grandes mayorías para favorecer al sector empresarial de las
élites.
En ese empeño restaurador se ha conformado
una entente multinacional financiera y mediática, la cual mantiene un ataque
multifactorial contra Venezuela, profundizando en lo económico y lo político,
hechos que permiten entonces rescatar otra sentencia vigente del Generalísimo,
que dice: “Los obstáculos para servir a vuestro país son tan numerosos, tan
formidables, tan visibles; llegaré a decir que solo el más ardientes amor por
vuestra Patria podrá sosteneros en vuestros esfuerzos por su felicidad”. En
consecuencia, los que defendemos la posición de resolver los problemas, por
agudos o complejos que sean, entre los venezolanos, y no aceptar la injerencia
forastera en nuestros asuntos internos, levantaremos siempre las ideas de
revolucionarias de Francisco de Miranda diciendo hoy como él ayer: “...Nunca
reconoceremos por gobierno legitimo de nuestra patria, sino aquel que sea
elegido por la libre y espontánea voluntad del pueblo.”
Santa Rosa, Biruaca,
13/07/2016. desiderátum_apure@yahoo.com
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