Desiderátum Apureño
Por: Oscar Adolfo Alvarado
En su obra sobre el Origen y Evolución
de las especies, el gran investigador Charles Darwin describía como en los
seres vivos se producían cambios y adaptaciones biológicas según las condiciones
del entorno natural y, sobre todo, la disposición de alimentos. Con esmero el
naturalista se dedicó a recoger datos científicos que hasta hoy día son de
mucha utilidad para todos los habitantes del planeta tierra. Por ejemplo; sobre
la evolución del hombre existen millones de estudios y la mayoría de los
paleo-antropólogos aún andan en la búsqueda del eslabón perdido. En esa
incesante indagación han logrado encontrar nuevos especímenes de homínidos
entre nuestros "monoides" primos antepasados, pero entre los más
recientes ejemplares, tenemos el "Bachacophitecus"; éste es una
degradación del Homo sapiens hacia las especies himenópteras, más propiamente
hacia la "hormigota" Roja conocida popularmente en el país como
"Bachaco Culón".
Pues sí, aunque no somos
paleo-antropólogos, nuestros "sesudos" estudios en la
"Universidad de la Cotorra Popular", nos ha dado la suficiente
experticia para definir el susodicho "raro" pero común (aunque suene
a oxímoron) espécimen el cual se caracteriza por lo siguiente: Son casi
idénticos al resto de los seres humanos pero con la misma capacidad de cargar
hasta Diez veces su peso, tal como el bicho de marras. Aunque es mamífero se
reproduce por millones al estilo ovíparo de los himenópteros corta hojas. Son
reconocibles de inmediato porque su manera de andar es uno detrás del otro, es
decir, en cola. Cuando llegan a una mata, en este caso entiéndase hipermercado,
supermercado o abasto, no descansan ni un solo minuto hasta llevarse el más
ínfimo retoño, que digo, víveres y comestibles. Y, además, en su estructura
social tienen la "Reina" que la encargada del desove, solo que en
este caso la soberana puede ser de ambos sexos y la postura consiste en aportar
el dinero, es pues la o el financista que tiene una cohorte de zánganos para
protegerla o protegerlo, un numerosísimo grupo de obreras u obreros cargadores
y como colofón tiene los protectores del enjambre: los Bachacos Soldados; en
esta última variedad se produce una atípica característica que quien los mira
puede notar que se confunden exactamente con los personajes uniformados de
diversos cuerpos de seguridad del Estado venezolano.
A este punto estimados lectores,
seguramente muchos dirán que me hago el payaso; otros tantos que me estoy
burlando vergonzosamente de las penurias del pueblo y unos cuantos mentaran en
peyorativo a mi señora mamá, quien por cierto no tiene culpa de las ocurrencias
de su menor hijo varón. Pero la mayoría, los verdaderamente inteligentes,
entienden que hago uso del humor por lo de aquella frase: "Dichoso el
hombre que aún puede reír de sus propias desgracias"; y es así, porque los
bachaqueros (Como se conocen a los que hacen contrabando interno y de
extracción también) son una desgracia y una vergüenza moral para la Nación.
Son una desgracia porque ellos acaban
con la tranquilidad y bienestar general de la población; de ricos, clase media
y sectores populares mucho más, pues limitan la posibilidad del acceso a los
bienes de consumo cotidiano, especialmente los alimentos, mucho más los
subsidiados. La cultura del bachaqueo impide cualquier intento de solución por
parte del Gobierno en cuanto a suministro de bienes y servicios. El que lo
lleva fuera del país como contrabando de extracción contribuye a la escases y
la carestía, y mayor es la desgracia y el daño hacia la población, si se trata
de insumos y equipos que son para utilizarlos operativamente en el
funcionamiento de la prestación de servicios públicos, tales como salud,
educación, agua potable, aguas servidas, electricidad, entre otros.
Son una vergüenza porque su conducta
ruin es considerada fuera de nuestro país como el común denominador para la
totalidad de los venezolanos, es decir, que seríamos un pueblo de flojos, vende
patria, lambucios, rebuscones o cucañeros; cognomentos éstos muy lesivos al
devenir histórico – cultural del venezolano y bastante lejanos a la realidad
objetiva de nuestro gentilicio.
Así pues que es innegable que las
colas masivas para adquirir productos es una verdad dominante en Venezuela, lo
cual hace sufrir a la gente honesta y modesta, la gran mayoría que no tiene
otra alternativa que ir día tras día, peregrinando de sitio en sitio, para
conseguir lo que necesita; pero también es verdad que esas colas son, en gran
medida, consecuencias del bachaquerismo que se lleva para países vecinos hasta
el 40% de los productos que se importan para consumo interno; y, que del
porcentaje restante, una gran cantidad son acaparados por las mafias de los
"Bachacophitecus" internos, hampones acostumbrados al mínimo esfuerzo
pero al dinero fácil. Lamentablemente el bachaquerismo es un cáncer que está
haciendo metástasis, extendiéndose hacia importantes grupos de funcionarios
públicos que deberían ser custodios del orden ciudadano, los unos, y garantes
de la aplicación de las leyes, los otros. Pues si bien el
"Bachacophitecus" que contrabandea es un malhechor, el funcionario
que lo alcahuetea o encubre también es un delincuente.
En consecuencia, lógico es pensar que
la gran mayoría del pueblo apoye las iniciativas legales, así como las acciones
prácticas, contundentes y efectivas para contraatacar a los
"Bachacophitecus", estén donde estén. Políticas estas que deben ir
acompañadas de serios y mejores planes y programas para elevar sustancialmente
la capacidad productiva nacional y suplantar la práctica de esa cultura
rentista e importadora, formada hace muchas décadas y estableciendo estándares
de vida derivados de un Estado paternalista, quien en muchos años nadó en la
fastuosidad de las divisas, pero que hoy eso ya no es posible mantener porque
en pleno invierno le mermó el río al tesoro nacional. (Santa Rosa, Biruaca, 12/08/2015).
desiderátum_apure@yahoo.com
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