Desiderátum Apureño.
Oscar Adolfo Alvarado.
Otra vez los sectores
más extremistas de la derecha en nuestro país intentan forzar, por la vía
violenta, el derrocamiento del Presidente de la República, igualmente las
mismas figuras aparecen detrás del telón financiando a grupos delictuales y
jóvenes estudiantes para que asuman la función de lo que popularmente se conoce
como “carne de cañón”. Líderes de ambivalente conducta, como Capriles
Radonski y Ramos Allup, entre otros, ubicados en medios de comunicación o desde
lugares cómodos y seguros para su integridad personal, mandatan las acciones
violentas y escenifican un teatro de operaciones apocalíptico, que de inmediato
aparece en redes sociales, televisoras, radios y sitios telemáticos para
alimentar mediáticamente a nivel internacional la imagen que necesitan
construir sobre una supuesta crisis humanitaria en Venezuela, con lo cual
pretenden justificar decisiones intervencionistas militares en la ONU o la
activación de la Carta Democrática en la OEA contra el Gobierno
Nacional.
Ahora bien, resulta que en
esta nueva fase, del plan norteamericano para acabar con el Gobierno venezolano
se configura un escenario peculiar donde se fusionan, por una parte la
misoginia de la principal organización extremista social cristiana, con la otra
parte, la larga experiencia cabillera del partido social demócrata… los adecos,
es decir, surge la Misoginia Cabillera. Esto significa que para Ramos Allup los
mariposones, ultramontanos y petimetres no son un desagrado o molestia
partidista, sino que son parte de la mal utilizada expresión aquella atribuida
a Nicolás Maquiavelo: “el fin justifica los medios”.
Realmente larga e histórica
ha sido la experiencia del liderazgo adeco en materia del uso de la violencia y
el crimen para lograr y mantener el poder político en Venezuela, desde su
propia fundación lo han hecho, Medina Angarita y Rómulo Gallegos lo sintieron
en carne propia con sendos Golpes de Estado; los militantes de las
organizaciones de Izquierda lo sufrieron durante los gobiernos de Rómulo
Betancourt, Raul Leoni, Lusinchi y Carlos Andrés en sus Dos períodos, también
lo resistieron los dirigentes sindicales e incluso militantes de la misma
organización adeca, cuando de sus elecciones internas se trataba. El trozo de
cabilla en mano para golpear al adversario, junto con el secuestro para evitar
al votante el ejercicio del sufragio, más la desaparición o el exterminio,
fueron prácticas comunes para el ejercicio del gobierno en el triste y
oprobioso pasado de la democracia representativa en Venezuela.
Atrás no se quedó el social
cristianismo, dentro de COPEI brotó y cogió fuerza un sector más extremista, de
conducta ambivalente y particularmente misógino. Este grupo ha venido
nutriéndose con importantes recursos financieros públicos, donde ejercen
gobierno regional o local, así como de corporaciones empresariales nacionales y
transnacionales. Sus vínculos con organizaciones sectarias y fascistas
internacionales, quienes han venido protagonizando las denominadas “revoluciones
de colores”, utilizando agrupaciones paramilitares y terroristas, los hacen
particularmente fanáticos y obcecados. Una de sus principales características
en Venezuela ha sido el desprecio y el odio visceral hacia el talento femenino,
tanto como hacia desarrollo del rol protagónico de las mujeres en escenarios
importantes de la vida social y política de nuestro país. El reiterado insulto
y las continuas descalificaciones contra damas en funciones de gobierno o
comunales, es suficiente evidencia de la exacerbada conducta misógina de los
líderes de estas agrupaciones, aunque para efectos de las apariencias públicas,
o “el qué dirán”, una que otra chica aparezca dentro del grupo pero sin
ningún papel importante que asumir.
Así pues, que lo sucedido el
día Miércoles 18 de Mayo, en la Avenida Libertador de Caracas, no es un hecho
aislado ni fortuito, la brutal agresión de una docena de hombres jóvenes,
armados de palos, tubos y rocas, contra una desarmada e indefensa mujer policía
de apenas 22 años de edad, no puede ser aceptado como la expresión y ejercicio
libre y democrático de la protesta. La forma agresiva y criminal que se observa
en los videos difundidos, en donde un muchacho al final intenta sacudirle en la
cabeza una roca inmensa a la joven que yace golpeada en el suelo
(afortunadamente salvada por un hombre que intervino y detuvo el ataque), es la
más cruda prueba de que en Venezuela, se ha conformado una peligrosa y
fanatizada alianza política – partidista, signada por la conducta Misógina de
un sector socialcristiano extremista y la práctica cabillera social demócrata
de fines del Siglo XX.
En lo particular fui un
dirigente estudiantil universitario, soy militante de Izquierda de más de 39
años y por tanto defiendo el inalienable derecho a la protesta, así como soy un
convencido que para ganar seguidores debemos dar los mejores ejemplos y
trabajar por el bienestar de las comunidades para defender y mantener una vida
en medio de la Paz; pero no tengo dudas que hoy como nunca, se pretende instaurar
en nuestro país el racismo, la segregación machista y el terrorismo como
práctica política partidista, es decir, el fascismo en todas sus facetas,
encubierto con protestas populares estimuladas con licores y psicotrópicos,
tanto como financiadas por intereses económicos extranjeros. En consecuencia
sería importante que los padres orienten mejor a los jóvenes para que no sean
atrapados por grupos que los utilizan y después los desechan.
A todos los
progenitores responsables les importa el futuro o el destino de sus
descendientes, por tanto como colofón dejamos a la reflexión de todos quienes
leen y escuchan nuestras opiniones, una importante frase de quien luchando
pacíficamente por la independencia de su país, murió asesinado por un fanático,
Mahatma Gandhi, en la India, quien dijo lo siguiente: “Cuida tus
PENSAMIENTOS porque se convertirán en tus PALABRAS. Cuida tus PALABRAS porque
se convertirán en tus ACTOS. Cuida tus ACTOS porque se convertirán en tus
HÁBITOS. Cuida tus HÁBITOS porque se convertirán en tu DESTINO”. Santa
Rosa, Biruaca, 19/05/2016.
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