jueves, 19 de febrero de 2015

Entre la Manipulación y el Fundamentalismo.

Desiderátum Apureño.
 
Oscar Adolfo Alvarado.
 
     Sin duda que buscar por horas un producto y no encontrarlo en el mercado causa mucho malestar, sobre todo si lo requerimos para resolver una necesidad urgente y no existe otro con el cual podamos sustituirlo; así mismo genera iracundia tener que esperar durante horas y quizá días para poder adquirir lo que ameritamos comprar. Tratar de justificar lo contrario es tan tonto como golpearse contra una pared y culparla a ella por atravesársele frente a usted. Por otra parte, también origina indignación que los productos demandados se consiguen en los lugares más insospechados pero con sus precios multiplicados hasta por 10 veces, incluso los productos están ofertados en las llamadas redes sociales y a estos revendedores ninguna autoridad los afronta y ellos ni un solo Céntimo de impuestos cancelan al fisco municipal o nacional.  
 
     En todos estos casos de escases y especulación el problema se agrava si en la mayoría del colectivo social se permite, impunemente, que los pillos actúen con total libertad e incluso con alcahuetería de funcionarios públicos; pues también es muy cierto que se da el caso de algunos policías, guardias nacionales y empleados de organismos, quienes en sus casas comercian clandestinamente desde un alfiler hasta un automóvil; y, aunque sus vecinos lo saben, ninguno se atreve a denunciarlos por las consecuencias que ello pudiera originar. Sin embargo, pareciera que el ingenio se vuelve obtuso y muy pocos lo utilizan para tratar de parar el problema en el barrio o urbanismo, de esta forma nos convertimos en cómplices silentes de los sinvergüenzas y lo más grave: hasta en sus clientes… ¡Las “ovejas” buscando su propio matadero! pero nos auto justificamos expresando cualquier falsa tontería.   
 
     Mientras todas estas cosas suceden en la cuadra o manzana que habitamos, los manipuladores y fundamentalistas, de uno y otro lado, se tranzan en discusiones estériles para tratar de justificar sus propias limitaciones mentales y sobre todo la incapacidad de asumir que cualquier problema tiene su solución si sumamos voluntades, despertamos de la abulia o indiferencia y nos empeñamos en ser mejores ciudadanos. Aquí por cierto no se trata de ser patriotas o realistas, capitalistas o socialistas, maduristas o caprilistas, esas categorías existirán siempre con las denominaciones que el momento histórico o la moda electoral impongan.
 
     La historia de la humanidad ha estado signada por infinidades de problemas para resolver, desde que el itinerante hombre primitivo pasó a la ciudadanía cavernícola por encontrar en la cueva una moderna forma de protegerse ante las inclemencias climatológicas, hasta el establecimiento de estaciones siderales de investigación aeroespacial; está demostrado que el uso de la inteligencia permite al homínido bípedo  comunicar sus pensamientos y materializarlos para resolver asuntos, innovando cada vez con mayor pertinencia en medio de la paz, la tolerancia y la cordura. En contrario han sido siempre  los imperios quienes por su fortaleza militar, han apelado a la violencia, el crimen y el sometimiento para obtener gratuitamente los productos o materias primas que satisfagan su voracidad consumista.
 
    En la actualidad la región subcontinental que mayores recursos naturales contiene es la América Latina y por ello es que los países de esta parte del mundo confrontan el asedio de los Estados Unidos y Europa, el conjunto de países más desarrollados que están empeñados en apropiarse de tan inmensas riquezas. En esa intención y debido a la cada vez mayor carencia de recursos en sus propios territorios, frente al apetito consumista de sus habitantes, la alianza económica – militar se propone someter a los gobiernos latinos, comenzando por manipular la conciencia y alimentar los fundamentalismos de nuestra sociedad. En consecuencia es necesario detenernos un buen rato y reflexionar como fue el logro de nuestra independencia frente al imperio español y como han venido evolucionando los subsiguientes períodos de la historia.
 
     Transarnos en confrontaciones violentas entre nosotros no es la vía para solucionar los problemas que genera la estrategia de quienes aspiran dominar nuestros pueblos otra vez. Diferencias domésticas existirán siempre porque “cada cabeza es un mundo”; entonces apelemos al Libertador y escuchemos otra vez su eterna voz que nos advierte: De nada sirve evaluar la historia si no aprendemos de ella; la historia no es el pasado depositado en viejas bibliotecas, el pasado es una ventana hacia el futuro que nos permite enfrentar realidades actuales y por venir, que se repiten una y otra vez”.  
 
(Santa Rosa, Biruaca, 19/02/2015)  desiderátum_apure@yahoo.com

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