martes, 20 de diciembre de 2016
EXTRANJEROS MALAGRADECIDOS...
Desiderátum Apureño.
Por: Oscar Adolfo Alvarado.
Los que son mis contemporáneos y los que me anteceden
generacionalmente si llegásemos a comparar nuestros modos de vida con
las actuales generaciones podríamos asegurar, sin equivocación ninguna,
que las condiciones en las cuales fuimos criados y educados en el llano
apureño, fueron de una época con bastante limitaciones, así como de poco
acceso a bienes y servicios, cosa muy distinta a la actualidad. Sin
embargo, aquel tiempo fue muy pródigo en la trasmisión de valores
humanos por parte de nuestros mayores hacía nosotros, en consecuencia
aprendimos desde muy pequeños a darle significado y validación al
agradecimiento, como práctica de una virtud humana dentro de nuestro
comportamiento cotidiano.
Resulta pues que al obtener del otro un favor, beneficio, socorro,
amparo, protección o defensa, entendíamos de inmediato que la deuda de
gratitud estaba adquirida para con él o los benefactores. Aquello para
nosotros era y es como si a partir de entonces suscribiéramos en nuestra
memoria una especie de documento inexistente pero de enorme estimación e
imborrable, en cuyo contenido estaba el compromiso imperecedero de
retribuir los auxilios con nuestras acciones a otros en el futuro.
Precisamente nuestros viejos cada día hacían hincapié recalcando los
aspectos valorativos de las virtudes que debían acompañar las acciones
del quehacer diario. En este sentido entonces, me atrevo a aseverar que
la sociedad actual de nuestro país, más que una crisis económica, padece
una crisis de valores, que consecuencialmente deriva en la anterior.
Esta afirmación por supuesto encontrará detractores en quienes han sido
formados bajo el criterio de: “resuelve lo tuyo y lo demás no importa”;
es entonces por lo cual quiero destacar el comportamiento actual de un
importante número de extranjeros, particularmente de origen árabe, chino
y colombiano quienes llegados en precarias condiciones a Venezuela, se
llegaron al Apure y allí fueron tratados como coterráneos nuestros, se
les permitió convivir y trabajar entre nosotros, levantaron fortuna y
ahora pretenden tratarnos como sabandijas.
He recibido muchos comentarios de las habladurías de este tipo de
personas, particularmente de los que tienen establecimientos
comerciales, desprestigiando el gentilicio llanero y venezolano,
insultando y degradando con la palabra la llaneridad y la venezolanidad.
Se olvidan ellos que llegaron casi desnudos a estas tierras y fue la
abundancia y la solidaridad llanera y venezolana la que posibilitó su
actual estado de riquezas personales, puesto que sólo su trabajo y
esfuerzo propio no fue la determinante para lograrlo, pues de haber sido
así entonces debemos preguntarles: ¿Y porque no se quedaron a trabajar,
producir y enriquecerse en su propio país?
Podrán todos ellos darnos cualquier respuesta argumentativa a su
favor, pero ninguna tendrá la justificación para negar que se vinieron a
Venezuela porque estaban entre sufrimientos, carencias y privaciones en
su tierra natal y se vinieron a la tierra del abundante petróleo
buscando mejorar su vida. Nadie quien viva en excelentes condiciones y
pretenda estabilizar su existencia humana se va a salir de su casa para
irse a casas ajenas, pasando penurias, por simplemente andar buscando
aventuras. Eso se lo harán creer solamente a un idiota.
Obviamente que para no dejar dudas debo declarar mi rechazo al
chauvinismo y la xenofobia, además apuntar que este comportamiento
malagradecido no es imputable a todos los extranjeros, porque aquí hay
muchas personas y familias enteras de origen foráneo a quienes
reconocemos como virtuosos ciudadanos y defensores férreos de la
venezolanidad, tal cual como si toda su existencia fuese originaria de
estas tierras. Con ellos, entre los cuales tenemos muy estimados amigos,
compartimos la alegría cuando logramos los éxitos y también la tristeza
o el dolor cuando la desgracia o el fracaso nos golpea.
En consecuencia, con nuestro trabajo de opinión lo que pretendemos
es llamar la atención sobre esta actitud de muchos comerciantes
extranjeros en Apure hoy día, quienes casi cada 24 horas le suben el
precio a los productos justificándose en que el Dólar subió, sin
embargo, cuando el dólar bajó no le bajaron el precio a lo que habían
aumentado. Entonces cuando el cliente demandante del producto reclama el
exagerado precio aumentado con porcentajes siderales, recibe por
respuesta un insulto contra todo lo que significa el Apure y Venezuela.
Convoco entonces a la defensa de nuestro gentilicio, a darle
respuestas contundentes a quienes pretenden tratarnos como perros
callejeros dentro de nuestra propia casa y para ello pongo estos
argumentos: En el caso de los árabes, de cualquier nacionalidad, si es
verdad que en sus tierras de origen se vive mejor y están más
desarrollados hoy día, bueno que esperan para regresarse a vivir felices
entre bombas y balas, además de la caterva de locos suicidas que viven
implosionandose para ir a conocer que ¡Alá es grande! En el caso de los
Chinos, groseros por demás, que se regresen a tan lejana distancia a
compartir su alto desarrollo industrial pero con tan estrictas normas,
donde incluso hasta la cantidad de hijos está regulada. Y en el caso de
los vecinos neogranadinos que andan poseídos por el espíritu de
Santander, despotricando de nosotros, debieron quedarse a disfrutar el
más de medio siglo de plomo parejo, acompañado de horripilantes
asesinatos en su país, que apenas ahora parece amainar con el acuerdo de
paz entre las FARC y el gobierno de ese país.
Insisto, no odio ni detesto a ninguna persona porque simplemente sea
originario de otras latitudes ubicadas fuera de los límites fronterizos
de Venezuela, al contrario soy defensor y convencido pleno de la
importancia del intercambio entre las culturas diferentes, pero nuestra
defensa y convencimiento tiene una determinante que regula la actitud
hacia todos ellos, esa es la del respeto y el agradecimiento hacia las
expresiones solidaridad internacionalista que les hemos dado. Si algunos
de ellos no nos respeta y no agradece al gentilicio llanero y
venezolano, entonces les respondemos sin ningún ambages: ¡Váyanse de
nuestra casa…! (Santa Rosa, Biruaca, Estado Apure, 15/12/2016).
⃰Profesor Universitario, Legislador del Estado Apure.
jueves, 1 de diciembre de 2016
“El Fidel que Yo Conocí”...
Por: Oscar Adolfo Alvarado.⃰
Jamás en mi vida pude
observar ni siquiera de lejos al Comandante Fidel Castro en persona, aunque él
visitó varias veces nuestro país Venezuela. Sin embargo, puedo asegurar que lo
conocí siendo yo muy joven, cuando ingresé a los 14 años de edad en la Juventud
Comunista de Venezuela. Lo hice leyendo sus discursos transcritos o sus
artículos de opinión sobre temas de interés universal, o bien mirándolo u
oyéndolo, por televisión o radio, de ese modo entonces llegué a conocerlo y
también a compartir muchas de sus inquietudes a favor de las causas sociales por
las cuales luchan millones de seres humanos, los pobres del mundo. Conociéndolo
asumí como propia la convicción que él expresó el 5 de Diciembre de 1988, al
decir: “Quien no sea capaz de luchar por
otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo.”
Segura y obviamente que así
como yo manifiesto mi admiración por Fidel Castro, otros exteriorizarán su rechazo
y un grupo más reducido, principalmente los desalmados, tal y como los de
Miami, hasta celebran la muerte física del Líder latinoamericano de
nacionalidad cubana. Caso similar sucedió con Hugo Chávez en Venezuela y la
misma gente celebraba en tierras norteamericanas. Pero quienes abrazamos las
luchas populares valoramos en ambos personajes, las importantes e innegables
conquistas por el bienestar e inclusión social de quienes durante mucho tiempo
fueron los parias en sus propias tierras. Sin duda que al ponderar sus éxitos
estamos conscientes que, siendo humanos, también cometieron errores y por ello
acogemos en este momento lo que José Martí señalaba sobre los próceres de
nuestra Independencia, principalmente sobre Simón Bolívar: “Se les deben perdonar sus errores, porque el
bien que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más
perfectos que el Sol. El Sol quema con la misma luz con que calienta. El Sol
tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas, los agradecidos
hablan de la luz.”
Habría que ser muy mezquinos
para negar una realidad que la inmensa mayoría del mundo reconoce sobre los
importantes y significativos avances y logros inauditos conquistados por el
pueblo cubano bajo la dirección y gran liderazgo del Comandante Fidel Castro
Ruz, por solo nombrar Dos flagelos que agobian a casi la totalidad del planeta
y en Cuba son inexistentes, cito el caso de la desnutrición infantil y el
consumo o tráfico de drogas. A ello podemos agregar los avances en materia de
salud, educación y deporte, todos conquistados con resistencia, voluntad,
esfuerzo y tesón propio, por la población de una pequeña isla llena de
dificultades y carencias, causadas por los efectos y bajo el asedio de un
bloqueo criminal que sobrepasa los 50 años de duración. Ese resultado
comprobado y reconocido por la Organización de las Naciones Unidas fue
materializado por la singular y gran cualidad dirigente del Comandante Fidel.
A una enorme distancia del
territorio y pueblo de esa Cuba que nunca he visitado pero que admiro por su
indoblegable ejemplo de resistencia y progreso propio, siento como ellos la
lamentable pérdida de ese gran guía revolucionario, conservo en mis
pensamientos lo que Fidel escribió a la 1:32 am del día de su cumpleaños 89, el
13 de Agosto de 2015, en el artículo titulado: La Realidad y los Sueños, donde
dijo:
“…no dejaremos nunca de luchar por la paz y el bienestar de todos los
seres humanos, con independencia del color de la piel y el país de origen de
cada habitante del planeta, así como por el derecho pleno de todos a poseer o
no una creencia religiosa. (…) La igualdad de todos los ciudadanos a la
salud, la educación, el trabajo, la alimentación, la seguridad, la cultura, la
ciencia, y al bienestar, es decir, los mismos derechos que proclamamos cuando
iniciamos nuestra lucha más los que emanen de nuestros sueños de justicia e
igualdad para los habitantes de nuestro mundo, es lo que deseo a todos; los que
por comulgar en todo o en parte con las mismas ideas, o muy superiores pero en
la misma dirección, les doy las gracias, queridos compatriotas.”
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