lunes, 20 de abril de 2015
SECTARISMO Y PETULANCIA POLÍTICA.
8:11 a.m.
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Desiderátum Apureño.
Amanecerá y
veremos cómo aparece el firmamento… con cielo claro o con arrumazones.
(Santa Rosa Biruaca, 16/04/2015). desideratum_apure@yahoo.com
Oscar
Adolfo Alvarado.
Sin duda que cualquier persona que hable
del devenir político de nuestro país, lo hará con la carga de subjetivismo que
le impone su particular concepción ideológica y su adherencia partidista. Eso
es algo obvio y sería tonto pensar en la asepsia militante, pues a los llamados
independientes muy poca atención les presta la opinión pública, debido
precisamente a su “cómoda” posición
de estar hoy conmigo y mañana con mi enemigo. En consecuencia, quien escribe,
militante marxista por más de 38 años, aporta lo que dice con la intención de
estimular el debate de las ideas y, por supuesto, tratar de describir
sucintamente algunos personajes -de Derecha e Izquierda- que hoy día tratan de
presentarse como los salvadores de la Patria y con su “altura política” ni
siquiera llegan a las cotizas del negro José Leonardo Chirinos.
Se trata de que en tiempos caducados algunos
cuantos fulanos fueron militantes de AD o COPEI, mientras el resto muy reducido
pertenecían a varios partidos de la Izquierda, muy perseguida y maltratada por
los organismos de seguridad, por lo tanto “andaban
más regados que cría de pirocos” y como consecuencia nunca pudieron en
verdad configurar una alternativa unitaria con posibilidades reales para la
toma del poder político. Así pues que en aquel tiempo comprendido entre 1958 y 1998,
quien requería de los beneficios sociales otorgados por el Gobierno debía
presentar en primer término el carnet de identidad política Blanco o Verde, o
lo que es lo mismo, demostrar que estaba con el gobierno de turno, de lo
contrario ni pensar que pudiera acceder a lo que debía ser para todos los ciudadanos.
Pues bien, ya van 15 años de la Revolución
Bolivariana y esa conducta, del sectarismo sumado a la petulancia política,
todavía prevalece tanto en las organizaciones de la Derecha, llamada la MUD;
como en otras de nuestras organizaciones de la Izquierda (que no estoy tan
seguro sean así o más bien del centro) en el Gran Polo Patriótico Simón
Bolívar. Sus particularidades son más notables cuando se acercan y desarrollan
procesos electorales, que en el caso venezolano es casi todos los años. Se
trata de un empeño en desconocer, relegar o aislar a los demás, así como de
desmeritar, desacreditar o menospreciar su accionar en la actuación de una
responsabilidad, función pública o ejercicio profesional, haciéndose mayor la valoración
negativa cuando se trata de la relación con las masas o colectivos susceptibles
de captar como prosélitos.
El Sectarismo como práctica arranca con la
maledicencia, alimenta la exclusión y empuja a la defunción política de los otros.
Los Sectarios por su parte no permiten que los distintos, aunque sean aliados
circunstanciales, se acerquen a ningún espacio donde existan toma de decisiones
o posibilidad de beneficio o ayuda para resolver necesidades, así sean bienes
sociales que son de interés general; es decir, el sectario es avaro y mezquino,
no deja ni las migajas para las hormigas, pues si estas aparecen las rocía con
un exterminador.
Por su parte la petulancia política se
entiende como la acción grupal de quienes se apropian de los espacios
decisorios conformando cenáculos e impiden el desarrollo colectivo de las
masas, allí entonces, en lo particular, el petulante político se considera el
iluminado, el elegido, el dueño y señor propietario de la verdad absoluta y
único espécimen con capacidades para asumir los puestos decisorios o de
comando. Él o Ella pertenecen a una especie de raza Aria de la política y el
resto es algo así como seres terrícolas que existen porque el oxígeno y el
espacio sobran en el planeta.
En consecuencia, como este año se
procederá a la escogencia mediante el sufragio de los representantes a la
Asamblea Nacional, es lógico que mucha gente con aspiraciones a candidato ande
con la lanza en ristre mirando potenciales enemigos en 360 grados; y, que sus
más cercanos adláteres apertrechados como guardias pretorianas, se esmeren en
tratar de espantar y liquidar a los posibles adversarios. Lamentablemente en
esa tarea el sectarismo y la petulancia obcecados terminan cobrando las
víctimas que pudieran haber sumado para las conquistas. De allí que se tornan
muy interesantes las actuaciones de los actores políticos en todos los bandos,
absolutamente todos, pues al aflorar las diatribas y desencuentros, los
electores pueden ir descifrando las verdaderas intenciones de cada cual y si
efectivamente los que aspiran lo hacen para ir a contribuir al beneficio general
de la nación o en contrario lo hacen para sus particulares aspiraciones
actuales y la colocación de piezas en el ajedrez político, con proyección hacia
las futuras escogencias de Gobernaciones y Alcaldías.
Por el momento, los apuros están al estilo
de las operaciones militares en tiempos de guerra, cada cual buscando la mejor
colina para establecer la trinchera. En esas escaramuzas son muchos los tiros
que pegan fuera de la diana y sus efectos colaterales se verán muy pronto,
cuando se definan los que serán inscritos como candidatos definitivos por cada
organización. Allí entonces algunos comenzaran a recoger el lazo y otros
cuantos a tratar de desenredar la madeja que dejara regada en el camino el
sectarismo y la petulancia.
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